miércoles, 24 de agosto de 2011

El faro de la eternidad



Mi amiga Paz, que no lee blogs ni pierde el tiempo en internet como otras (sic), se queja de que ya no se la menciona en este blog, que no lee, así que hoy voy a dedicarle un post y he pensado que le gustará ver aquí el faro de su pueblo favorito, el de la Punta Focicón de la Atalaya de Luarca. Un faro de planta cuadrada que data de finales del siglo XIX y que tiene de vecinos a una ermita y al que dicen que es uno de los cementerios más bonitos de España, un camposanto que cae abruptamente sobre el mar, con unos panteones modernistas verdaderamente impresionantes.

16 comentarios:

Elena dijo...

¡Faro y cementerio juntos, en un palmo de terreno, no se como no se te ha ocurrido antes! Y eso de que no lee blogs, ya lo veremos.

Ana dijo...

Estoy de acuerdo con usted Elena, no me explico como no ha puesto antes un sitio así.

¿Estará perdiendo facultades?

T dijo...

Si pongo cementerios, malo. Y si no los pongo es que pierdo facultades. A ver si se aclara.

Si no se lo soplas, veremos lo que tarda en leerlo, Elena.

;-)

Lourdes dijo...

En efecto, veremos.
A mí también me extrañaba que la Atalaya de Luarca no hubiese tenido su post. Allí está enterrado Severo Ochoa, doy por supuesto que lo sabes aunque no lo hayas mencionado.

Paz dijo...

Vale. Entro de vez en cuando a mirar este blog y ninguno más, y a ver si escucháis mejor porque yo no he dicho nunca que vosotras perdáis el tiempo sino que yo no tengo tiempo para perder en internet y además no me divierte nada. Tiene gracia que voy a pasar a ser la más antigua de todas, después de que toda la vida he sido la más moderna. ¡JA!

Gracias, T, guapa.

T dijo...

De nada. Y no te preocupes. Tú siempre serás la más moderna.

;-)

Lourdes dijo...

Paz, por favor, define modernidad. Audaz, arrojada, atrevida, alocada a ratos, y siempre dentro de un orden, pero ¿moderna? Tanto como pueda serlo yo.

Déjate ver más y empezarás a divertirte, ya lo verás. Y nos divertiremos más también nosotras porque a divertida si que no hay quien te gane.

Carmen dijo...

Hola, después de las vacaciones.
Sigues vds de muy buen humor, por lo que veo.
Yo me he ido un mes con los artilugios más modernos de conexión y aquí me tienen, que hasta se me ha olvidado mi contraseña de la cuenta de blogger, así es que de momento no hay foto... Pero sigo siendo yo.

Elena dijo...

El buen humor que no falte, Carmen. Ya estamos todas, incluida la veterinaria que, como ha quedado comprobado, al menos lee un blog.

T dijo...

En fin,Lour, si hacemos una encuesta entre conocidos me parece que tú, en lo de moderna, sacarías pocos votos.

Lo de resetearse en vacaciones está muy bien, Carmen.

Lourdes dijo...

Estoy de acuerdo contigo, querida T, pero sostengo que lo de ser o no moderna es un cliché que pocas veces responde a la realidad. Lo moderno es lo reciente, y Paz y yo en eso empatamos porque tenemos la misma edad. También es lo contrapuesto a lo clásico y aquí es donde juega el cliché porque no me negarás que ni Paz ni yo nos hemos apartado de las más comunes reglas establecidas por la costumbre: las dos nos doctoramos, nos casamos por la Iglesia y ella me gana en un hijo.
No, no me váis a convencer.

T dijo...

Eso lo tengo claro.

;-)

Elena dijo...

Lo que tu quieras, Lourdes, pero a mi si que no me convences. Y no me hagas entrar en detalles que soy comadre de las dos.

T dijo...

Para quitar el 13, que pone muy nerviosa a Elena, y para cerrar la discusión, dejemoslo en que la más moderna fui yo.

;-)

Paz dijo...

Hoy me han dado el chivatazo para que entrase y me ha picado la curiosidad. Tienes razón T, para moderna tu y a ver quien te lo discute.

Lourdes, guapísima, tu también tienes razón, pero no era eso lo que me decías hace 20 años. Entonces, según tú, me pasaba de moderna por todos esos adjetivos que empiezan por a, y me soltabas unos sermones que te pediré que me recuerdes, porque seguro que te acuerdas, para cuando mi niña sea jovencita.

Lourdes dijo...

El día que la niña de tus ojos empiece a tontear, querida Paz, no necesitarás que ni yo ni nadie te recuerde ningún sermón, te van a salir a solos. Y te dirás a tí misma:¡Cómo me parezco a mi madre!

(O a mí, que siempre he sido tu Pepito Grillo)