miércoles, 11 de marzo de 2009

¡Es tan largo el olvido!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

G,

Nos aguarda la pobreza durante la vida, y el olvido después de la muerte. Y por eso nosotros, decadentes, cuando ciñamos la doble corona de la pobreza presente y de la perspectiva del olvido, leeremos el Quijote, si es que el llanto nos permite su lectura, y con el fracaso de los sueños de aquel loco nos consolaremos del fracaso de nuestros propios sueños. La amargura de ese libro nos parecerá dulce.

Ramiro de Maetzu.

T dijo...

Pues a mí El Quijote no me parece nada amargo sino todo lo contrario. En eso no coincido con D. Ramiro aunque sí en la primera parte de su cita.