martes, 17 de julio de 2012

Aprender



'Omne regnum in se ipsum divisum, desolabitur et domus supra domum cadet'
Mateo, 12,25 - Lucas, 11,17

La sentencia que dos evangelistas ponen en boca de Jesús de Nazareth lleva más de XX siglos advirtiéndonos de que hay cosas que es mejor hacerlas todos juntos o corremos el riesgo de que nos borren del mapa y de que el Estado se derrumbe ante nuestras narices. Pero aquí seguimos pensando en nuestros pequeños reinos de taifas y en liarnos a garrotazos, dialécticos en el mejor de los casos, contra el que tenemos enfrente. Hace días, me prohibí a mi misma el pesimismo y quiero creer que es posible superar todo lo que se nos viene encima. Por duro y difícil que sea, que lo será.

4 comentarios:

Carmen J. dijo...

No sé yo si con sólo prohibirlo conseguiremos evitarlo. No sé yo...

T dijo...

Tampoco yo lo tengo claro, Carmen, pero intento que no me pasé por encima el pesimismo que flota en el ambiente.

Otra cosa son las valoraciones políticas sobre por qué hemos llegado hasta aquí y que consecuencias deberían asumir los responsables de esta situación. En cualquier caso, creo que la solución no pasa por borrar a los políticos del mapa sino por una catarsis que es difícil que se produzca, aunque a lo mejor, dado que hemos llegado al fondo, no queda otra.

Ana dijo...

Cuando he visto el título del post he pensado... esto va de escabechinas.

Pero no.

¿o si?

Porque al fin y al cabo estamos en medio de una buena.

T dijo...

Lo de la escabechina requiere tiempo, que no tengo, para escribirlo con gracia. ¡Ay!