viernes, 10 de junio de 2011

Méritos



El Cardenal Mazarino, sucesor de Richelieu como primer ministro de Francia en el reinado de Luis XIII y todopoderoso regente durante la minoría de edad de Luis XIV, escribió un Breviario de los Políticos, editado en España por Acantilado, en el que detalla, con gran alarde de cinismo, los principios que deben regir la vida de todos aquellos que quieren alcanzar el poder y mantenerse en él. Algunos son muy pertinentes y otros demuestran que a Mazarino no le faltaba la ironía.   Como colofón de la obra, recomienda tener siempre presente cinco normas básicas : 'Simula, disimula, no confíes en nadie, habla bien de todo el mundo y prevé lo que has de hacer'.

Antes de llegar a estas breves conclusiones, el cardenal de origen siciliano se entretiene en otras muchas recomendaciones y de todas ellas, hay una que deja muy claro que darle al esfuerzo su mérito nunca ha tenido mucho predicamento: 'No aduzcas tu talento y tu capacidad para obtener cualquier cargo presumiendo que necesariamente te lo han de dar a tí al no haber nadie tan capacitado como tú para desempeñarlo. Pues hoy se prefiere otorgar cargos a los incompetentes antes que a los que se lo merecen'.

10 comentarios:

QuiaSint dijo...

"Simula, disimula, no confíes en nadie, habla bien de todo el mundo y prevé lo que has de hacer".

Está claro que Rubalcaba se lo ha leído.

T dijo...

Hay quien piensa que Rubalcaba, en otras vidas, fue maestro de Maquiavelo, de Mazarino y de Richelieu. Y ya puestos hasta de Rasputín.

Carmen J. dijo...

También le comparan con Fouché, y seguro que se encuentran muchos más con quien compararle. Pero yo creo que este hombre va a conseguir tener su propia categoría, como el Media Markt.

Y sin embargo, al leerlo, no se me ha venido a la cabeza la política, sino el ambiente laboral de algunas multinacionales que creo conocer un poco...

Lourdes dijo...

No pienso que Rubalcaba sea para tanto, no dudo de su capacidad para intrigar y, evidentemente, es un político hábil que ha sabido mantenerse y ganar poder en los años del gobierno de Zapatero. Si lo comparamos con sus colegas de gobierno su talla es mayor pero también es bastante evidente que sus colegas son muy romos. Lo veo muy sobrevalorado.

Y en cuanto a la cita de Mazarino sólo constata que la perversión en la concesión de cargos públicos viene de lejos. Ahora bien, creo que esa perversión ya ha alcanzado unas cotas insultantes.

Carmen J. dijo...

Pues vas a tener razón, Lourdes. Sobre todo si sigo pensando en algunos que trabajan en multinacionales...

NáN dijo...

¡¡¡Viva Rubalcaba!!! Prefiero mil veces confrontarme a un inteligente que a un necio (¿os acordáis de Acebes?).

No quiero ni pensar los huesos que se habrían roto ya si el Movimiento 15-M se hubiera enfrentado a un ministro del interior pepero. Y puesto que hemos demostrado que somos "pacíficos", ¿a quién habría que culpar?

Lourdes dijo...

NáN, terminé mi carrera el año 88 y Rubalcaba era secretario de estado de educación, mientras en España los jóvenes teníamos una situación de paro muy parecida a la que viven también hoy. Sabíamos que no había otra opción que opositar o salir fuera a buscar trabajo; yo elegí lo segundo y desde entonces, vivo en Suecia y contemplo con alguna distancia el devenir de la política en España.
No soy de izquierdas, tampoco soy antisistema y vivo en lo que siempre se ha considerado el paraíso de la socialdemocracia europea. Me parece inconcebible que cualquier persona pueda tomar una plaza, vulnerar la ley que prohibe tal cosa, causar gravísimos perjuicios a personas que pagan sus impuestos y que trabajan cada día para sacar adelante sus negocios, conculcar el código penal español que prohibe manifestarse ante las cortes y otros organismos mientras están reunidos y que el ministro del interior, mire para otro lado.
No niego que seáis pacíficos, te incluyo porque tú lo has hecho, pero éso no os da ningún derecho a vulnerar la ley y si el ministro encargado de que se cumpla no lo hace, ese ministro debe responder ante el resto de ciudadanos que sienten agredidos en sus legítimos derechos, tan respetables, por lo menos, como los vuestros.
Por otra parte, y dado que perteneces a ese movimiento, a lo mejor puedes contestarme a una pregunta que me hago desde el pasado sábado. ¿Por qué no fuistéis a manifestaros a las puertas de todos aquellos ayuntamientos del País Vasco en los que BILDU tomó posesión? ¿Por qué las mayores concentraciones se han producido ante ayuntamientos que ya tienen alcaldes del Partido Popular?

T dijo...

No creo que Acebes sea un necio, NáN, y tampoco creo que lo sea Rubalcaba, pero si tengo que elegir entre uno y otro, me quedo con Acebes.
También creo, con Lourdes, que la primera obligación de un ministro, de cualquiera, pero muy especialmente si lo es de Interior, es cumplir y hacer cumplir las leyes. Y Rubalcaba, en el caso que nos ocupa, no lo ha hecho. Ser pacífico no da derecho a apropiarse ilegalmente de un espacio público.
Y en cuanto al denominado Movimiento 15-M, lo primero que quiero decir es que sólo se representa a ellos solitos y no a la sociedad. Yo no los he votado, y como yo, muchos millones de españoles desde la izquierda a la derechas. La única manera de saber a quien y a cuantos representan es someterse al veredicto de las urnas. Hasta entonces, esos señores , tan selectivos por otra parte en lo que se refiere a los sitios y las personas que eligen para manifestarse, son un grupo de personas que se manifiestan ilegalmente en la calle y que el pasado sábado intentaron boicotear las tomas de posesión de muchos alcaldes, mayoritariamente del PP, al menos en Madrid, legítimamente elegidos en las urnas. Yo estuve en Getafe y el espectáculo que ofrecieron fue bochornoso y muy lamentable.

Lourdes dijo...

Leo en internet lo que está ocurriendo ahora mismo a las puertas del parlamento de Cataluña y me reafirmo en que Rubalcaba no da la talla. Una institución secuestrada y saboteada y el responsable de interior desaparecido. Es algo más que vergonzoso, es de dimisión inmediata.

Ana dijo...

Esa palabra no existe en el diccionario de nuestros políticos.