martes, 26 de abril de 2011

Uno más



Abril 

Flotan unas gaviotas por el aire.
No suena el mar, se brinda
sosegado a mis pies, como inocente,
en su momento de mejor presencia,
ese que en superficie y resplandores
apacigua certezas y recuerda a quien mira
que son uno vivir y haber vivido,
cuerpo y conocimiento.

Suenan entre las rocas unas risas
a juventud confiada, como si fuera eterna
su eternidad. Siento, imagino,
las caricias, los labios, la porfía
de manos y de muslos.
Y no existe el instante porque ellos nada saben.

Yo olvido y amo ahí, con esos cuerpos.
Me rozan sus cabellos, o es la brisa,
como un escalofrío del placer
que contagia este aroma de ansia joven.
Y nuevamente soy el que espiaba.

Bebo con la mirada
la paciencia del mar ajeno al tiempo,
el turquesa imposible de la hora,
estos ruidos de amor, esta luz limpia,
la plenitud hiriente de los cuerpos.

Y tú estás junto a mí, y a mi lado caminas.
En el olor salobre de estas piedras
estallas, juventud. Estás conmigo,
te tengo porque fui, mas no me perteneces,
y ya no sé buscarme en tu promesa
si no es para encontrarme en extravío
por tu propia belleza hacia mi sombra.

Francisco Díaz de Castro

5 comentarios:

Lourdes dijo...

Esta me gusta más, aunque sigo esperando a Eliot.

T dijo...

Paciencia, Lour, paciencia.

Carmen J. dijo...

Llevo dos días intentando decírtelo vía Blackberry (en mi oficina se han vuelto locos):

¡Qué preciosidad!

T dijo...

Creo que ha habido problemas con los comentarios, Carmen. Pero ya debe estar solucionado. Me alegro de que te guste.

Elena dijo...

A mí cada vez que intento mandar uno me mandan a una página para que cree una cuenta Google. No sé si ahora lo conseguiré.