viernes, 8 de abril de 2011

Cioran cumple cien años


'No creo que le haya pedido demasiado a la vida, en realidad bien poco, esperaba algo más y ese algo más no ha llegado y no llegará (me temo). Sinceramente me gustaría estar a gusto con lo que tengo, y es eso precisamente lo que quiero pero no lo consigo, siempre quiero algo diferente a lo que tengo y cuando obtengo ese algo distinto (cuando lo logro) parece que ya no es tan bueno como pensaba o parecía, y es cuando miro hacia otro lado (para tratar de olvidar de eso que tengo y que no es lo que yo quería) y descubro que no, que estaba equivocado, que precisamente esta ahí, mi meta, mi objetivo, mis anhelos están ahí, y comienza la lucha otra vez para tratar de obtener ese otro 'caramelo' que he visto, y que llena otra vez mi vida con una ilusión, una nueva meta a conseguir. Pero la magia siempre desaparece cuando lo consigo, en los casos que no lo consigo, esa es la razón de mi malestar, de mi 'desgracia', el no conseguirlo, porque así justifico mi insatisfacción, mi desgana de vivir, mi completa indiferencia ante los acontecimientos. Saber esto y no saber que hacer para solucionarlo es desesperante'.

Emile Cioran
Silogismos de amargura

11 comentarios:

T dijo...

García-Máiquez también dedica la entrada de hoy en su blog a Cioran. Entre las citas que ha sacado del libro 'De lágrimas y santos', me quedo con ésta:

'El mérito de España ha consistido no sólo en haber cultivado lo excesivo y lo insensato, sino también en haber demostrado que el vértigo es el clima normal del hombre.'

E. G-Máiquez dijo...

¡Anda! Yo venía a unirme a la fiesta de cumpleaños y veo que te has adelantado. Qué buena paradoja que no se nos muera Cioran, con la que dio con la muerte y la nada. Ea, pues toma eternidad, también literaria, querido amigo.

Y que cumpla muchos mááááássss...

Carmen J. dijo...

Yo creo justamente lo contrario de lo que dice este señor. Creo que es el deseo, en los sueños, en los anhelos, en donde se encuentra la felicidad. Y en especial cuando se consiguen, entonces es el destello, nunca el preludio de una pérdida. Y luego vienen otros destellos, y solo soñarlos es estupendo. Ahora bien: si te dedicas a lamentar que ya han pasado, a mirar atrás y a tener nostalgia, pues te sale un silogismo de amargura. Y ojo, tampoco hay que pedir mucho a la vida.

Primo hermano de Calimero. ¿También cumple en Abril? Pues le pega más haber nacido en época de "astío".

NáN dijo...

¡Ay, Ciorán! Con los malos ratos que me daba en mi juventud extrema leyendo sus libros y saliendo después al balcón a mirra el futuro (con verdadero acojone). Y resulta que ha cumplido 100 años.

Habrá gente que, como Máiquez, lo consideren una pequeña justicia poética.

En este caso, prefiero no explicitar mi apoyo a según qué opiniones.

Anónimo dijo...

Pesimista,sí, pero también muy irónico.

Lourdes dijo...

Desde mi punto de vista, el mayor problema de Cioran es el de que sus discípulos han querido ir más lejos que él mismo. Dicho en román paladino, que han sido más papistas que el papa.

Carmen dijo...

¿Conocemos la estadística de suicidados?

Elena dijo...

Entre versos malos y cenizos profesionales vaya mes que llevas, T. Mira a ver si lo arreglas.

T dijo...

Gracias por pasarte, Enrique.

NáN, leí por primera vez a Cioran con más de 25 y no sentí ningún agobio. Me lo tomo con distancia.Y hasta con humor.

Lourdes, tienes razón, y también la tiene el Anónimo que ha escrito que hay que pasarlo por la ironía.

Carmen, él mismo no se suicidó y no creo que Lourdes se refiera a personas que se suicidaran influidos por él pero seguro que ella te lo aclara.

Elena, espero que la entrada de hoy te guste más.

Lourdes dijo...

Cuando dije que los discípulos de Cioran eran más papistas que el Papa, me refería a quienes lo han convertirdo en un iluminado, un gurú o un maestro cuando él no pretendía nada y cuando, además, hizo gala de sus incongruencias toda su vida. Convertirlo en moralista de cabecera me parece todo un exceso.

NáN dijo...

He sacado hoy de la biblioteca el "Ensayo sobre Ciorán", la tesis doctoral de Sabater. Las 40 páginas que he leído en una terraza me han resultado fantásticas

Cuando lo leí, tenía 20 o 21 años y era un imbécil bastante integral... además de abocado a mi desaparición por varios frentes.