'Éste es el ayuno que yo quiero: romper las cadenas injustas, soltar las coyundas del yugo, dejar libres a los maltratados y arrancar todo yugo; compartir tu pan con el hambriento, acoger en tu hogar a los sin techo; vestir a los que veas desnudos y no abandonar a tus semejantes.
Así surgirá tu luz como la aurora y tu herida se curará rápidamente. Tus justas acciones te precederán, te seguirá la gloria de Yahvé'.
Isaías, 58, 6 - 8 (Biblia de Jerusalem)
La FAO estima que en 2010 había 925 millones de personas mal alimentadas en todo el mundo. Casi toda la población desnutrida del planeta vive en países en desarrollo. En Asia y el Pacífico se calcula que unos 642 millones de personas sufren hambre crónica, 265 millones en África subsahariana, 53 millones en Latinoamérica y el Caribe, 42 millones en África del norte y Oriente medio y
15 millones en los países desarrollados.
En España, en 2010, 1,5 millones de personas sufrieron pobreza severa y alta exclusión social y más de 8 millones padecieron pobreza, según Cáritas Española. En Europa, la cifra alcanzó los 80 millones de personas.
16 comentarios:
Tu entrada de hoy, querida T, es una bofetada en la conciencia. Recuerdo, de adolescente, los consejos de mi padre animándome a ayunar los días señalados para ello y a entregar a Cáritas una cantidad simbólica de dinero con lo ahorrado en comida.
Recuerdo también charlas del colegio en las que se ofrecía otra perspectiva del ayuno consistente en privarse de lo que más te apetecía, no necesariamente comida. Podía ser privarte de la tele, de fumar, etc. Se abrían muchas posibilidades, pero siempre unidas al concepto de penitencia.
Entonces ya sabía que el ayuno es práctica común de todas las religiones, teístas o no, no vayamos a líarla de nuevo, y más tarde también descubrí las ventajas terapéuticas del ayuno periódico, que no la dieta.
Sin embargo, te confieso que ni recordaba los versículos que has puesto del profeta Isaías y ayunar por compasión con los que pasan hambre, y entiéndase la palabra en su etimología griega, es una perspectiva que no había contemplado nunca. Leer que 80 millones de personas pasan hambre en Europa es un aldabonazo que procuraré no olvidar, aunque no sea en el tiempo cristiano de ayuno, penitencia y oración. (Ya ves que eso si lo recuerdo)
Yo guardo ayuno y abstinencia en Cuaresma, lo hago desde pequeña y no me sale otra cosa, aparte de que creo en el significado católico de las dos cosas. Tengo un cliente suizo y musulmán, una mezcla rarita, que guarda el ayuno del Ramadán seriamente y me explico que lo hacia porque asi era mas conscientes de las necesidades que pasaban otros. Cada uno tiene sus razones y para ayunar de actitudes insanas es bueno todo el año, igual que para saber que hay muchisima gente que lo está pasando muy mal mientras otros vivimos bastante bien.
Creo en la justicia social y colaboro en lo que puedo pero tambien tengo muy claro que es mejor ayudar en lo pequeño y en lo que tienes mas cerca que fiarlo todo a macroorganizaciones que dudo mucho que hagan algo bueno. Vivo en Ginebra rodeada de organismos internacionales de todas las clases con sus correspondientes centenares de funcionarios. Si esos son los que van a arreglar el mundo, el mundo no tiene arreglo.Seguro que Ana me entiende perfectamente.
Perfectamente;)
No sé si Estocolmo y Ginebra son las ciudades en que será más fácil ver gente necesitada. Aunque Ginebra cada vez que voy está más cambiada y parece (sólo digo parece Elena) menos calvinista aunque no menos coincée.
Aquí, en Madrid, al paisaje urbano se incorporan por días más y más personas necesitadas. La crisis los ha dejado con el cielo y el suelo y sin referencias. Gente que necesita algo para vivir, un sitio donde dormir, sanidad. La comunidad de San Egidio ha editado en Madrid una guía con los lugares a los que se puede acudir que es casi visual, se puede descargar de la web y entregar a quien encuentres
por la calle, en el metro, y funciona.
Los diferentes comedores, centros de acogida, lugares para dormir (se ha intentado recoger toda la oferta que hay en Madrid) y asearse están recogiendo cada vez más gente que llega por medio de las indicaciones de esta guía.
Hay veces que romper la cadena de exclusión empieza por gestos muy simples.
1.600 millones de personas viven en la pobreza. Y otros tantos, tan ligeramente por encima que a diario pisan la línea.
No es casualidad: los crea el orden económico mundial. Por muchos a los que atendamos, y es bueno hacerlo, son infinitamente más los que se ven encerrados en la miseria.
¿Queréis un ejemplo? Cuando se produjo la última crisis económica, mucha de la gente que tiene el dinero se pasó a mercados menos rentables pero más seguros: el Mercado de Futuros. Se comercia con las cosas necesarias para la vida, como los alimentos; se juega en la bolsa con acciones sobre cosechas que todavía no han sido sembradas y cuando son muchos los compradores, como ha pasado como consecuencia de la crisis, los precios suben. Como se ha pagado más por los papeles que representan a los alimentos, sube el precio de estos.
Como otra consecuencia de la crisis es que no se han bajado los sueldos altos de vergüenza, sino los de los trabajadores, al unir las dos tendencias es un número vergonzoso el de las personas que desde hace tres años hasta hoy tienen cada vez menos probabilidad de comprar alimentos.
Que cada uno ayude en su entorno a quien sea; me parece muy bien. Que el que quiera ayunar o realizar cualquier acto religioso, que lo haga; me parece muy bien.
Pero el que no realice el ayuno de intentar romper las cadenas injustas, será responsable del hambre de sus hermanos. Será como el que al que tiene fiebre le pone en la frente un paño frío, sin exigir que se le proporciones los medicamentos necesarios y existentes.
Las cadenas de la esclavitud se rompen empezando por un eslabón. A mí tampoco me dan confianza los organismos internacionales, con ver el funcionamiento de la Organización Mundial de la Salud me hago una idea de como pueden hacerlo todos los demás. A mí no me parece mala idea tratar de resolver las injusticias sociales que tenemos más cerca.
Pensar globalmente, actuar localmente.
Si no se va al origen del problema, y por lo que veo supongo que eres médica, Lourdes, no hay posibilidad de curación.
Lour, el texto de Isaías es magnífico y estoy de acuerdo en que es un aldabonazo a las conciencias.
Cambiar las estructuras, como tú dices, estaría muy bien, NáN, pero yo no creo en lo de 'sed realistas, pedid lo imposible'. Creo bastante más en lo de actuar localmente, que dices en tú último comentario.
Cada uno es responsable de romper su trozo de cadena, como han apuntado Ana y Elena.
Por cierto, cuando yo estudiaba, los futuros se consideraban productos financieros de alto riesgo, no para el productor y su primer comprador, que evitaban así las fluctuaciones del mercado de divisas pero sí como derivados financieros, utilizados por inversores/especuladores. Les tengo muy perdida la pista a los mercados financieros pero me he sorprendido al leer que ahora ya no son de riesgo sino mercados refugio.
Nan, será que soy muy simple y práctica. Pero en lo que solucionamos el orden de cosas mundial yo me pregunto qué puedo hacer yo en la pequeña medida de mis posibilidades e intento hacer alguna.
Como dicen mis abuelas, grano no hace granero pero ayuda al compañero.
Sí, soy médico, NáN y porque lo soy sé que cuando no se puede atacar la causa, por las razones que fuere, es muy benéfico paliar. Lo que es insoportable es ver el dolor a tu lado y mirar al cielo, a la gran banca, al FMI o al G-20. Yo hago como Ana porque al igual que T, tampoco creo en utopías.
Lo que dice Nán es muy cierto. Hoy, en los mercados de futuros, se han instalado los especuladores. Es igual que bolsa -que las cotizaciones atienden a movimientos de capital más que a la solvencia objetiva -, con lel agravante de que los bancos tienen estructuras corporativas dedicadas a estas inversiones. La inflación que tenemos en España en los alimentos hoy no es por el petróleo ni por lo que está pasando en el Magreb sino por las subida de materias primas.
Hay dos mundos, o dos capas en el mundo. Lo que nos dicen Ana y Lourdes - que suscribo también - siempre valdrá, porque siempre ha valido desde que el mundo es mundo. Sin embargo, lo que describe Nán, es propio de nuestro tiempo - masificado, materialista, falso -, y es insoportable.
Sólo tengo un "bemol" para lo que dice Nán; los sueldos son de vergüenza no porque sean altos, sino porque se paguen inmerecidamente. Y a partir de ciertos niveles (en donde lo que no comprendo es cómo siguen trabajando después de cobrar el sueldo de un año), son absurdos.
Porque nunca tienen bastante y porque la avaricia es insaciable, Carmen, porque para vivir muy bien no se necesita tanto. Y a mí me gusta vivir bien y ganar dinero no me parece mal, pero de manera honrada. Ser rico no significa que seas un sinvergüenza, se me debe haber pegado la ética calvinista pero así lo creo. Y pienso en algunos ricos que conozco y lo sigo diciendo.
Y para sueldos escandalosos los de los funcionarios internacionales que viven en Ginebra, con las ventajas fiscales que tienen para completar la nómina. Son un enjambre y me imagino que muchos trabajarán bien pero son necesarios tantos y tan bien pagados?
De fortunas escandalosas ni hablo y de la casta banquera, aseguradora y reaseguradora, tampoco. Yo aquí tengo para elegir, entre los que viven aquí y los que vienen de visita hay un buen muestrario.
Se me olvidaba decirte, Ana, que Ginebra siempre será coincée y para una española mucho más. De los ginebrinos ni hablamos, no crees? (No me resisto a escribir que mi suegra es prototipo de coincée)
No conozco a nadie que no quiera vivir bien y yo soy la primera que me apunto en esa lista, claro que lo que lo se entiende por vivir bien es muy distinto según a quien se lo preguntes.
Estoy con Elena en que la avaricia es el peor de los cánceres porque el que lo es no se frena con nada y es capaz las mayores bajezas.
Y sobre lo de que hay que cambiar el orden mundial para eliminar el hambre es tan verdad como que hoy es viernes y tan imposible como que ayer vuelva, y yo no creo que lo de los especuladores sin escrúpulos sea cosa de ahora, eso es tan antiguo como el mundo. Lo de sentar a un pobre a la mesa no es solución, claro que no, pero entre eso y esperar a hacer nuevo el mundo, digo yo que cada uno podemos hacer algo para que no haya tantas injusticias.
Me es difícil seguir el hilo, porque estoy de acuerdo. Sobre los especuladores, yo no digo que sean de ahora. Sin embargo, la sofisticación de ciertos productos, las posiciones en corto, los fondos de capital riesgo opacos... hay cosas que sí son de este siglo XXI. Hoy es posible forrarse apostando a crédito sobre la ruina de una empresa, y provocándolo además. Igual para las materias primas. Ataques a las monedas y a las grandes corporaciones, a las deudas soberanas, eso existe. No estoy segura de que los Fugger de hace algunos siglos sean comparables a los Soros de ahora...
Todo se sofistica y perfecciona y no siempre para bien, Carmen. No entiendo nada de finanzas y los vaivenes de los mercados, tan famosos en estos tiempos, me parecen un arcano y estoy por asegurar, a lo mejor de manera temeraria, por un desconocimiento que reconozco, que tienen poco que ver con la realidad pero la condicionan. Quienes manejan esos hilos son para mí el poder y los políticos que creen tenerlo, meras marionetas.
En Suecia, paraíso del estado de bienestar, ahora mismo están en entredicho muchos de sus postulados por la prosaica razón de que es algo carísimo e insostenible en el actual estado de la economía.
El gran avance del siglo XX fue la generalización de las clases medias y empiezo a creer que comienzan a estar en retroceso. ¿Por qué? Lo desconozco, es más una intuición que otra cosa.
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