viernes, 18 de marzo de 2011

2011, cambalache



Llevamos dos meses y medio de 2011 y tengo la sensación de que no estamos teniendo un día de respiro. Se suceden cambios y convulsiones. A las revueltas populares en los países del Magreb, que daban la impresión de ser uno de esos ingenios con fichas de dominó que se van precipitando una tras otra; siguió, hace hoy una semana, un terremoto y un tsunamni de proporciones bíblicas en Japón. La catástrofe natural originó miles de muertos, muchos miles más de desaparecidos y dejó el norte del país asolado.

Ya pensábamos que los laboriosos japoneses se iban a poner a reconstruir su país uns vez más,  sin dar mucha guerra que para eso son ricos; y sin necesidad de que aflojásemos los bolsillos ni organizásemos macrofestivales solidarios, como en la tragedia de Haití, - Por cierto: ¿A dónde han ido a parar los cientos de millones que se recaudaron entonces? - cuando una de las muchas centrales nucleares que tiene ese país no resistió los embates de una naturaleza desatada y entramos en crisis nuclear.

Parece evidente que no ha habido un accidente nuclear, sino que una central, bastante antigua, ha sufrido las consecuencias de un terremoto de 9 grados Richter y un tsunamni, pero lo cierto es que ya estamos en medio de un debate, siempre apasionante, sobre las necesidades energéticas de un mundo que cada vez consume más. Si nucleares, no, gracias; carbón tampoco porque contamina y los pantanos nos retrotraen a la 'oprobiosa', está claro que o renunciamos a vivir con todas las comodidades energéticas a las que estamos acostumbrados, o sólo con las energías verdes no vamos a tener ni para hacernos el café del desayuno. Y además nos va a salir carísimo.

Mientras tanto, Gadafi aprovechaba la desidia mejor pagada de este mundo, la de la ONU, y organizaba una masacre en Libia. Pero claro, una vez que todos los líderes occidentales, creyendo que estaba derrotado, le habían llamado ya de todo menos bonito, no era cuestión de no hacer nada porque el papelón iba a ser antológico. Y ayer, las Naciones Unidas aprobaron una de esas farragosas resoluciones que nadie ha cumplido jamás y a estas horas ya se está organizando el zafarrancho de combate. También en España que, según leo en 'EL PAÍS', participará con cuatro o seis F-18 y dando a los norteamericanos todas las facilidades para que utilicen Rota y Morón. Además de nuestros compromisos con la OTAN. Con todas las bendiciones de las momias de las ONU, es verdad, pero mandando soldados españoles a combatir. (¿Esto no tenía que aprobarlo previamente el Congreso o lo hará a posteriori?  Estoy un poco confusa, la verdad).

Si Enrique Santos Discépolo, Discepolín para los íntimos, viviese todavía, componía otro tango. Y sería un exitazo. Seguro.

12 comentarios:

Lourdes dijo...

El papelón que las autoproclamadas potencias occidentales han hecho en Libia, para terminar por bombardearla, no lo salva ni un tango de Discépolo, querida T.
Por lo demás, es cierto que está todo muy revuelto y lo que es más preocupante, estamos en manos de mediocridades. No veo a ningún político de peso en el escenario internacional en estos momentos.

Carmen J. dijo...

Yo veo esto:
- Gadafi: podía ganar, así es que mejor esperar por si había que seguir recibiéndole en las cancillerías occidentales. En Tunez y Egipto el recambio ya era conocido, así era más facil salvar la cara.
- Hay una guerra de medios tremenda (prisa baja su cotización y beneficios, movimientos accionariales, fusiones, negociaciones, adquisiciones). Hay que ganar audiencia como sea: Japón no ha proporcionado sangre y morbo. El lio nuclear ha permitido contarnos una especie de guerra de los mundos y mantener la "tensión". Japón, su disciplina y civismo, no vende.
- Unido a lo anterior, no conviene agitar mucho el pozo del faisan, de Sortu, de los eres, de los trajes...

Por lo demás... Bien, yo creo que la alternativa a las nucleares es Gadafi y los demás déspotas, además de toda la contaminación que respiramos. Así es que esto ya me define.

Hemos mandado a Libia el Príncipe de Asturias, ni más ni menos. En economía manda Merkel, y en política de guerras la ONU. Como dice Lourdes, ni un tango de Discepolín. ¿Cambalache? Yo diría quilombo...

NáN dijo...

Es fácil desde fuera encontrar soluciones, o que no las hay.

Pero resulta que vivo como si todo pasara desde dentro. Es decir, "me" responsabilizo (en la medida porcentual mínima que me corresponde), de lo que pasa.

Veo aquí dos temas, uno de los cuales da de lleno en mi pensamiento de que "el horror" no es la política, sino el sistema económico financiero que somete a los políticos y nos somete (con mucho gusto por nuestra parte) a nosotros.

Hasta Bush reconoció que nos habíamos convertido en "petroleoadictos". Se nos ha proporcionado un sistema, basado en un despilfarro de energía no renovable, que nos gusta, nos es cómodo, barato y fácil: vivimos en él (los mil millones más o menos de personas que vivimos bien) como nunca se ha vivido en la Historia.


Pero el progresivo agotamiento de las no renovables (combustibles fósiles)y la i-m-p-o-s-i-b-i-l-i-d-a-d de que sean sustituidas por las nucleares, nos lleva a un callejón sin salida.

¿Por qué es imposible la sustitución? Primero, porque todavía no se ha descubierto qué se hace con los residuos (que mantienen su letalidad miles de años); segundo, porque en 25 años ha habido dos "accidentes graves" (no cerremos todavía el de Japón porque el la refrigeración interna del reactor 5 no se ha conseguido); tercero, porque para que esas nucleares pudieran compensar la pérdida de reservas petrolíferas tendían que crecer como "hongos" (qué palabra tétrica para hablar de artefactos nucleares, ¿no?). Y si crecieran como hongos, las posibilidades de accidente se multiplican exponencialmente; y las de "ocultar con maquillaje los residuos", aritméticamente.

(por razones de extensión, sigo en otro comentario)

NáN dijo...

(sigo)

Esta es la situación real, sostenida porque el sistema económico-financiero necesita que siga el consumo alcohólico de energía; porque los políticos se dividen en dos, los que aplauden con las orejas el sistema (en nuestro país, el partido conservador) o los que al final se tienen que "someter" (en nuestro país, el partido no-conservador). Y porque nosotros les pedimos a los políticos, sobre todo, que arreglen las cosas pero no toquen ni un ápice de nuestra buena vida.

Y me considero responsable de lo que pasa porque por mucho que me esfuerzo, no consigo establecer un marco de razonamiento que explique con claridad que debemos aceptar pérdidas importantes de nuestro modo de vida. Lo queremos TODO y lo queremos SIEMPRE. Pensad en la que se ha liado con algo tan racional, fundamentado en la documentación científica, como de lo de bajar la velocidad límite en 10 km/h.

¿Cuándo empezaremos a hablar de que vivimos en una sociedad enferma (de abuso de recursos y de envenenamiento del planeta y los que lo habitan: flora, fauna y personas?

Si lo hubiéramos hecho al principio, el doctor podría habernos dicho que tomáramos menos café; pasados los años y más dañado el organismo, el doctor nnos quita el café, las grasas, el alcohol y los bocadillos de choizo. La vida deja de ser agradable (creo que estamos en esa fase). Si no hacemos nada, ¿qué nos pedirá el doctor dentro de un tiempo. O preguntado de otro modo: "¿Qué (no quién) será el doctor?".

Y ahora, hablemos de eso tan bonito de si se debería invadir Libia o no y de si se hace para tapar faisanes, Gúrteles y la madre que nos parió.

Carmen J. dijo...

No sé si el callejón es sin salida, pero tiene más de dos paredes. La energía nuclear tiene el problema de los residuos, muy grave. Y paradójicamente, las energías renovables tienen el problema opuesto, el almacenaje, que dificulta que pueda ser una alternativa real por razones de eficiencia. En cuanto a los biocombustibles, son una alternativa… a la provisión de alimentos, por no hablar de cómo están dejando el Amazonas. La ciencia avanza menos rápido de lo que queremos. Así es que tengo una mala noticia: no es sólo un problema, son dos (la nuclear y su alternativa rápida). Y hasta que la tecnología nos saque del atasco, algo seguro: las energías fósiles son la causa cierta de la degradación del planeta hoy (ha dejado de ser un riesgo para ser una certeza) y un chollo para la industria del armamento.

Por el lado de la demanda, Bush demostró con esa frase que tal vez hubiera sido un buen concejal en su pueblo. El problema principal no es el consumo en el primer mundo, porque ya hay una alta eficiencia energética. La previsión de incremento de demanda de energía para los próximos 20 años es de un 24% en los países de la OCDE y del 95% en los no OCDE.

La productividad, lo que hace que los países sean más competitivos, tiene dos componentes: el coste de los salarios y la eficiencia energética. Un cuarto de la población mundial (BRIC) está saliendo de la miseria, y para eso se necesita energía, y mucha. Su ineficiencia energética se compensa con sueldos miserables, ningún derecho social, opresión y hambre. No es que yo pague más por las renovables, yo puedo pagarlo, y puedo ir a 80 por hora si le peta el señor ministro. Es que estos países NO pueden pagarlo porque dejarían de ser competitivos – ya no pueden rebajar más los costes de los salarios - y por lo tanto frenarían su desarrollo. Y son 2.000 millones de personas que quieren vivir mejor, que quieren tener una nevera porque ya tienen la coca-cola.

Claro que hay accidentes. El petróleo causa una catástrofe casi cada año, y esto sí es inaceptable. El de British Petroleum en el Golfo de México fue ayer, pero menos mediáticas e igual de pestíferas hay cada lunes. Bhopal, como paradigma, o recientemente Hungría, o Aznalcollar aquí al lado, nos recuerdan que también los procesos industriales, en este caso químicos, conllevan grandes riesgos para la población, los cultivos, los rios. Lo que es inaceptable es no controlar los riesgos cuando puede hacerse. Pero no podemos confundir las cosas: Cuando llega la madre naturaleza, y envía terremotos a Haiti y deja 375.000 muertos, o tsunamis a Ban Aceh y deja 250.000, es cuando se comprende en su verdadera magnitud el riesgo de tener o no tener 54 centrales nucleares. La miseria y el subdesarrollo es un riesgo igualmente inaceptable.

Para solventar el puzzle energético no es necesario que nosotros volvamos a la edad de piedra. Bastaría con que los paises subdesarrollados no salieran de ella. Con Gadafi y con una China paupérrima vivímos definitivamente mejor. Pero ya no sé si esto lo defienden los de la Gironda o los jacobinos. Esas son sutilezas que se me escapan.

NáN dijo...

Te doy toda la razón, Carmen.

Solo me referí a algunos aspectos. Aunque algo dije; "Y me considero responsable de lo que pasa porque por mucho que me esfuerzo, no consigo establecer un marco de razonamiento que explique con claridad que debemos aceptar pérdidas importantes de nuestro modo de vida". Me refería, claro, a nuestro fabuloso sistema occidental.

Sobre todo, lo que quería decir es que no se trata de un problema de cómo conseguimos la energía necesaria para seguir viviendo (unos cuantos) como pachás.

No es de recibo que los 1.000 millones de personas que vivimos como no se ha vivido en la Historia nos empeñemos en seguir igual (y protestemos por 10 km/h menos, como si hubieran insultado a nuestra madre)... y al mismo tiempo digamos al resto del mundo que NO PUEDEN CRECER.

Precisamente, como dices, es el crecimiento de algunas regiones el que pone al descubierto la contracción de nuestro Sistema: teníamos unos cuantos siglos de vida si durante esos siglos el tercer mundo seguía igual de paupérrimo. Pero si empiezan a crecer usar energía, no hay suficiente para nosotros, se pone muy cara y la Madre Tierra peta.

Cualquier solución que no sea igualitaria es un error. Pero fuera de la alimentación, la salud y la educación, que deben llegar a ser verdaderamente globales, el resto de negocios tendrá que estar sometido a un escrutinio y vigilancia extremos.

Y si no lo conseguimos (aunque lucho por ello todos los días, confieso que no creo que lo consigamos), tendremos el desastre.

T dijo...

Sobre el debate nuclear, creo que lo imprudente es plantear medidas en estos momentos. Y en este sentido, la decisión de Merkel sólo puedo entenderla porque ayer tenía unas elecciones muy importantes, pero me parece una decisión irresponsable.

Coincido con Carmen en casi todo lo que ha dicho en su comentario de ayer por la tarde. Y ahora no me extiendo más porque no tengo tiempo.

QuiaSint dijo...

http://proscritosblog.com/

T dijo...

Sí, claro, Sir.

Y cuando para que un sólo soldado español saliese de España aunque fuese a repartir bocadillos, era imprescindible la autorización del Congreso. (Dos F18españoles están volando a estas horas a Libia y si tienen que soltar un pepinazo lo soltarán sin esperar a mañana).

Y cuando las ansias infinitas de paz.

Y ya sabemos que Libia no es Irak, está un poco más cerca.

Y Gadafi no es Sadam, aquel vestía de uniforme y éste no se sabe muy bien de qué va vestido.

Y la ONU es mucho más legítima que la OTAN, a fin de cuentas, esta última sólo está integrada por gobiernos democráticos y en aquélla tenemos de todo.

Pero sabe, Sir, lo que ayer era blanco hoy puede ser negro. Y la doctrina la sentó González: da igual que el gato sea blanco o negro. Lo importante es que cace ratones.

Lourdes dijo...

La insistencia del gobierno español en negar cualquier parecido con Iraq tengo la impresión de que responde a mala conciencia porque el PP no ha puesto una sola objeción a la operación e intuyo que lo piensen a su izquierda no les importa nada y que sus votantes ya están vacunados de las adaptaciones ideológicas que ha tenido su antaño líder carismático. Nada raro por otra parte en quien hizo bandera de que todo era discutible y, por lo tanto, modificable a conveniencia. Citar a Groucho Marx y sus cambiantes principios es en él una obviedad.

T dijo...

En el asunto de Libia, además del PP que no se ha opuesto y ha apoyado al Gobierno, aquí los únicos que están siendo coherentes son los de IU, Lourdes.

Y ya veremos como termina esta aventura, porque si los EEUU no están dispuestos a liderar esta operación, sea porque no quieren embarrancarse en otra guerra, sea porque no tienen ni idea de quien anda detrás de los rebeldes y quieren nadar y guardar la ropa, es posible que nos veamos en una contienda en la que nadie sepa muy bien cual es el objetivo último de esta operación. Yo empiezo a ver grandes contradiciones, y disensiones, entre la coalición internacional creada al efecto.

Lourdes dijo...

Tal y como lo veo, nos hemos metido en una operación bastante incierta en todos sus términos. Ni está claro quien la lidera, ni sus objetivos están delimitados. De manera simple, veo a los franceses con ganas de descollar en lo que sea, a los italianos inquietos porque sus intereses en Libia son grandes, a los ingleses discretos pero no tengo dudas de que serán eficaces, a la Liga Árabe sin saber a qué carta quedarse, a los norteamericanos desorientados y sin el arrojo que solía ser su seña de identidad, a los alemanes centrados en los suyo y a los españoles patéticos. Me refiero a los gobiernos, no a los pueblos.