En Madrid hace un día de lo más gris. Y los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) que se han conocido esta mañana son negros. Muy negros. Así las cosas, lo mejor es poner una nota de color. Aunque sea la de estos rotuladores japoneses que son una de mis debilidades.
20 comentarios:
Y Ferrer ha perdido en cuatro sets con Murray.
¡Porca miseria!
Pues que gane Murray, que el payasín Djokovic me cae como un tiro.
T: Lo del paro ya no hay quien lo soporte, tenía que dimitir el Congreso en pleno.
Cualquier cosa que se compre en una papelería es "una de mis debilidades".
Y no soy la única a la que le encantan las papelerías. A mucha gente le pasa. ¿Por qué será? ¿Recuerdos de la infancia?
Carmen: Es una debilidad muy de chicas, o eso me parece a mí. Las colegas de tertulia bloggera son todas unas viciosas, empezando por la autora que se vuelve loca por cuadernos, papel de escribir cartas, que ya debe ser material de anticuario, lapiceros y plumas.
Los tíos nos arreglamos con cualquier cosa, salvo algunos raros que siempre hay.
T
¡tenemos un anticuario por casa!
PD: me va usted a disculpar ECA pero disiento totalmente con usted respecto a su afirmación de que es una afición sólo de chicas. Ejemplos me sobran para demostrarlo;-)
Tanto como de anticuario, no, ECA. Todavía quedan papelerías en las que se puede encontrar excelente papel de cartas.
En Ginebra siguen vendiendo un papel de cartas buenísimo, ECA, claro que lo que no se es quien lo usa, porque cada vez se escriben menos cartas, yo soy la primera que me confieso de haber dejado de escribirlas.
Pues yo sigo escribiendo cartas. Me encanta recibirlas y tengo papel de cartas en casa. No tengo más porque, de verdad, lo del material de escritorio en mi casa es para verlo y no creerlo. Ja, ja, ja.
Ana: Seguro que todos ésos que conoces son raros . OJO: Raro no es sinónimo de malo. T tiene un hermano que es un tío estupendo, notario y todo, y es un tío raro, con amigos tan raros como él.
Esas papelerías que vosotras decís sólo venden papel de cartas a viciosas de las papelerías como vosotras y a tíos raros.
¡Vaya por Dios! Faltaban por salir estos pobres. Los 'zánganos' no son raros. Son diferentes. Y por lo menos tres, son también fanáticos de las papelerías.
Gracias ECA por la aclaración, cuando mi padre vuelva a decirnos que quiere que le regalemos cosas de papelería le diré que es raro.
Yo no se lo había notado pero claro, es mi padre.
Raro, querido ECA, es sinónimo de escaso y no son tan pocos como tú supones los hombres a quienes les gustan los útiles de escritorio. Mi marido es otro de ellos y tengo el pálpito de que si hacemos una encuesta, te soprenderías.
Una cosa más: los Zánganos, como los llama T, son adorables.
Lo de llamarlos 'Zánganos' es copyright de mi madre, Lour. Muy inapropiadamente porque ninguno de ellos ha sido un vago en su vida. Lo cierto es que mi madre, a quien le encantan las novelas de Jeeves, de Wodehouse, los 'bautizó' así por los modales, tan antiguos y tan 'ingleses' que son la seña de identidad de todos ellos y que son, entre otras cosas, lo que los hace tan adorables, como tú bien dices.
Qué bien, ¡soy raro! Me gustan mucho (otra más de mis debilidades) las cosas de la papelería. Y zanganeando un poco se me ocurre una explicación: uno piensa las cosas maravillosas que indudablemente se pueden escribir en esos papeles y con esas plumas y no se resiste. Luego comprueba que aunque físicamente nada impide, es más, todo anima, a escribir algo grandioso... no sale. Y uno sale en busca de nuevos papeles y nuevos rotuladores. A ver...
¡Bienvenido al club, Enrique! Es una alegría verte por aquí.
El raro eres tú, ECA. Ha quedado clarísimo.
Elena: Vas a tener razón, por lo menos aquí, así que me rindo.
Y por si te quedan ganas de no rendirte, aquí otro varón papelero. La papelería (la abstracta y la concreta) es lo nuevo, lo reciente, lo posible, el atrezzo de una pieza que aún no ha empezado o que va a seguir empezando cada día. Bastaría con un papel y un lápiz, pero los papeleros sabemos que cada mínima modificación de un objeto clásico reordena el significado de todos los demás. Al mismo tiempo, y como los objetos de papelería crían polvo que da gusto, da una sensación de vida mucho más cercana, y hay que limpiarlo y ordenarlo con una frecuencia muy similar a la que usamos para limpiar y ordenar nuestras ideas. Perdón por el rollo, pero cuando Ai Weiwei rellenó las dos piscinas del Pabellón van der Rohe con café y con leche, dijo que lo hacía para que algo cambiase en la casa. Hay cosas que cambian por motivos estrictamente biológicos. Los objetos de escritorio cambian por motivos sicológicos. Sus ácaros son más íntimos.
Ni en mil años se me hubiera ocurrido relacionar a las cosas de escritorio con happenings de vanguardia.
¿Ai Weiwei es el que diseñó el 'Nido'? ¿El de las pipas de la Tate Modern? No sabía que hubiese llenado de café y leche las piscinas del Pabellón Van der Rohe.
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