miércoles, 8 de septiembre de 2010

Disfrutar (Leyendo)



'... Arribo, ahora, al inefable centro de mi relato, empieza aquí, mi desesperación de escritor. Todo lenguaje es un alfabeto de símbolos cuyo ejercicio presupone un pasado que los interlocutores comparten; ¿Cómo transmitir a los otros el infinito Aleph, que mi temerosa memoria apenas abarca? Los místicos, en análogo trance prodigan los emblemas: para significar la divinidad, un persa habla de un pájaro que de algún modo es todos los pájaros; Alanus de Insulis, de una esfera cuyo centro está en todas partes y las circunferencia en ninguna; Ezequiel, de un ángel de cuatro caras que a un tiempo se dirige al Oriente y al Occidente, al Norte y al Sur. (No en vano rememoro esas inconcebibles analogías; alguna relación tienen con el Aleph.) Quizá los dioses no me negarían el hallazgo de una imagen equivalente, pero este informe quedaría contaminado de literatura, de falsedad. Por lo demás, el problema central es irresoluble: La enumeración, si quiera parcial, de un conjunto infinito. En ese instante gigantesco, he visto millones de actos deleitables o atroces; ninguno me asombró como el hecho de que todos ocuparan el mismo punto, sin superposición y sin transparencia. Lo que vieron mis ojos fue simultáneo: lo que transcribiré sucesivo, porque el lenguaje lo es. Algo, sin embargo, recogeré...'

 
'... vi a un tiempo cada letra de cada página (de chico yo solía maravillarme de que las letras de un volumen cerrado no se mezclaran y perdieran en el decurso de la noche), vi la noche y el día contemporáneo, vi un poniente en Querétaro que parecía reflejar el color de una rosa en Bengala, vi mi dormitorio sin nadie, vi en un gabinete de Alkmaar un globo terráqueo entre dos espejos que lo multiplicaban sin fin, vi caballos de crin arremolinada, en una playa del Mar Caspio en el alba, vi la delicada osadura de una mano, vi a los sobrevivientes de una batalla, enviando tarjetas postales, vi en un escaparate de Mirzapur una baraja española, vi las sombras oblicuas de unos helechos en el suelo de un invernáculo, vi tigres, émbolos, bisontes, marejadas y ejércitos, vi todas las hormigas que hay en la tierra, vi un astrolabio persa, vi en un cajón del escritorio (y la letra me hizo temblar) cartas obscenas, increíbles, precisas, que Beatriz había dirigido a Carlos Argentino, vi un adorado monumento en la Chacarita, vi la reliquia atroz de lo que deliciosamente había sido Beatriz Viterbo, vi la circulación de mi propia sangre, vi el engranaje del amor y la modificación de la muerte, vi el Aleph, desde todos los puntos, vi en el Aleph la tierra, vi mi cara y mis vísceras, vi tu cara, y sentí vértigo y lloré, porque mis ojos habían visto ese objeto secreto y conjetural, cuyo nombre usurpan los hombres, pero que ningún hombre ha mirado: el inconcebible universo.'


Jorge Luis Borges
El Aleph

PS/ En los últimos días, me he tropezado con dos o tres discusiones acerca de Borges. Y en todas se le restaban méritos y se le ponían 'pegas'. Debe ser que está de moda criticarlo. 'Sentí infinita veneración, infinita lástima'.

6 comentarios:

ECA dijo...

¿No te has pasado con lo de que sentiste infinita lástima?
A mí Borges me gusta, pero no lo venero, escribe muy bien y domina el español, pero hay veces que creo que se pasa de cultismos.

¡Venga, échame una bronca!

T dijo...

Por partes, ECA. No sé si te has dado cuenta de que la última frase de la postdata está en cursiva. No es mía, es de Borges. Exactamente la frase que sigue al último párrafo que he puesto de 'El Aleph'. Me ha parecido que venía al pelo, pero admito que raye la 'boutade'.

Sí a que escribe muy bien, es más para mí, escribe maravillosamente bien. También sí a que domina el español; lo domina cómo lo han dominado muy pocos y muy elegidos. No creo, sin embargo, que se pase de cultismos, era culto entre los cultos y éso termina por aflorar en cada párrafo. Inevitablemente.

Ana dijo...

Que pena que alguno de sus compañeros no se pasee por aquí;)

Ana dijo...

Hago constar que yo no le resto ni un sólo mérito. Los tiene todos, lo reconozco.

Pero.......



PS: A lo mejor resulta que tengo que revisitarlo.

T dijo...

No seré yo quien la desanime a un segunda lectura. Y a una tercera. Y a una cuarta...

PS/ Si me lo permite, está usted muy inmersa en el ingles, últimamente. Hasta 'revisita'.

;-)

Lourdes dijo...

Escribía de manera deslumbrante, pocos dudarán de su oficio y de la maestría en la utilización de todos los recursos que sólo el castellano ofrece como lengua, pero dicho ésto, querida T, tengo que añadir que la categoría de ídolo en que lo han envuelto sus admiradores la tengo por desmesurada. Y mi marido es uno de los más rendidos, por éso conozco bien el tema. Sí al magnífico escritor pero no a la exaltación desmedida del personaje que me parece, tantas veces, sonrojante.