¡Brava!

El fin de semana pasado se celebró el Día Internacional de la Ópera, o algo parecido porque ya me pierdo con tanta efemérides de nuevo cuño. Y el pasado miércoles, 5 de mayo, murió en Roma Giulietta Simionato, una mezzo legendaria que llevaba retirada desde 1962 y que estaba a punto de cumplir 100 años. El viernes tenía la intención de conmemorar ambas cosas pero los hados informáticos me lo impidieron, así que lo he dejado para hoy.

Simionato tuvo una larguísima carrera y cantó casi todos los papeles del repertorio, incluida la Carmen de Bizet. Fue una Amneris insuperable, una Santuzza de referencia y en el papel de Adalgisa se midió con las dos grandes Normas de su época, Callas y Gencer, dejando altísimo el listón para las que vinieron detrás.

La Simionato también cantó unos Hugonotes memorables con Corelli y su debut en el Metropolitan de Nueva York, con la Azucena de un Trovador que cantó nada menos que Bergonzi, recibió los más entusiastas elogios, pero la historia de la lírica siempre la recordará por la función del 14 de abril de 1957 en el Teatro alla Scala de Milán. Esa noche, María Callas recuperó para el repertorio la Anna Bolena de Donizetti en una producción que llevaba la firma de Visconti y que dirigió musicalmente Gavazzeni. En la exigente parte de Giovanna Seymour brilló Giulietta Simionatto. Que Descanse En paz