lunes, 1 de diciembre de 2008
Mareas
Cada cierto tiempo La Serenísima se inunda, es su sino, y medio mundo vuelve sus ojos al cielo, con pena, implorando que lo inevitable no suceda. Venecia lleva hundiéndose desde que tengo uso de razón y desde entonces, después de cada marea amenazante, renace de sus cenizas. Llegará un día en que no será así y el mar recuperará su territorio y ese día, que esperemos que llegue muy tarde, su belleza será ya inmortal.
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