Me cuento entre quienes tienen la costumbre de visitar cementerios. Esta afición mía no es nada extraña sino todo lo contrario, con el paso de los años he constatado que lo que para mis más próximos pasaba por ser una de mis rarezas, es algo bastante común y no faltan las guías de viaje que los incluyen entre sus recomendaciones.
No busco en ellos las tumbas de personajes famosos aunque no las evito - y confieso que he visitado en más de una ocasión el Pére Lachaise, en Paris, para rezar ante la tumba de mi idolatrado Oscar Wilde, pero es la excepción-Busco en ellos rastros de la vida cotidiana, inscripciones curiosas en las lápidas, arte funerario o simplemente deambular disfrutando del silencio que siempre los envuelve.
Uno de mis preferidos está en Highgate Hill, en Londres, una joya de la arquitectura funeraria en la época victoriana, pasada por el gótico y la inspiración egípcia. Allí están enterradas 168.000 personas, en aproximadamente 52.000 tumbas, algunas tan ilustres como Karl Marx, Michael Faraday, Georges Eliot y Charles Dickens. Se divide en dos secciones, la Oeste y la Este, unidas por Swain’s Lane, y dicen que también por un pasadizo subterráneo que serviría para transportar ataúdes de una zona a la otra, pero esto no sé si forma parte de la leyenda gótica. La Zona Este puede visitarse líbremente pero en la Oeste, la más antigua, es necesario apuntarse a una visita guiada, algo que merece la pena incluso si, como es mi caso, se tiene tendencia a huír de los guías.
La Zona Oeste de Highgate ha dado pie a cientos de historias truculentas, incluidas algunas de vampirismo, y es el enclave ideal de una novela gótica. Árboles, hiedra, maleza y enredaderas invaden los panteones, algunos de varios pisos de altura, y no faltan cruces, ángeles e incluso estatuas de animales que parecen observarte de manera misteriosa. Pero sin duda, la parte más enigmática de este cementerio es la 'Avenida Egipcia', a la que se llega después de cruzar una espectacular arcada Tudor. De allí se pasa al 'Lebanon Circle', en el que un cedro libanes, de más de trescientos años, es el centro de un círculo de panteones. Escaleras que suben y bajan a otros niveles, con más tumbas, dan al lugar todo el aspecto de un laberinto. Finalmente, se visita el columbario y las catacumbas, que están en tal estado de abandono que confieren al lugar un ambiente fantasmal.
El Cementerio de Highgate está declarado de interés cultural pero también de interés natural, por la variedad de especies vegetales que pueden encontrarse en él. Y merece una visita.
jueves, 4 de septiembre de 2008
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5 comentarios:
G,
Estimada T, la verdad es que al leer
su post no he podido sino recordar siquiera parcialmente la letra de la
siguiente canción de los Smiths
CEMETRY GATES
A dreaded sunny day
so I meet you at the cemetery gates
Keats and Yeats are on your side
A dreaded sunny day
so I meet you at the cemetery gates
Keats and Yeats are on your side
while Wilde is on mine
So we go inside and we gravely read the stones
all those people all those lives
where are they now?
with the loves and hates
and passions just like mine
they were born
and then they lived and then they died
seems so unfair
and I want to cry
You say: "ere thrice the sun done salutation to the dawn"
and you claim these words as your own
but I've read well, and I've heard them said
a hundred times, maybe less, maybe more
(....)
A dreaded sunny day
so let's go where we're happy
and I meet you at the cemetery gates
Oh Keats and Yeats are on your side
A dreaded sunny day
so let's go where we're wanted
and I meet you at the cemetery gates
Keats and Yeats are on your side
but you lose because Wilde is on mine.
Saludos.
¡Cielos, Los Smiths!He sido muy fan de ese grupo; hasta me escapé a Madrid a verlos, desde la ciudad en la que hacía la carrera, un San Isidro que actuaron, gratis total, en el Paseo de Camoens.
Si además me pone usted esa canción que menciona hasta a Wilde, hoy ya me ha alegrado usted el día tristísimo que hace en Madrid.
;-)
No me resisto, lo de que te pirras por pasear entre tumbas lo sé pero a la excepción de tu queridísimo Oscar Wilde tienes que añadir la de tu no menos queridísimo Borges. ¡Si lo sabré yo que me llevaste de excursión al Plain-Palais a rastras! Y me juego lo que quieras a que si sabes donde está enterrado Thomas Mann también habrás ido de peregrinación.
Pues no, ahí te equivocas. Mann está enterrado en Zürich pero no he ido de peregrinacíón a su tumba. Me he limitado a tomar café en el hotel de Davos en el que estaba el balneario de La Montaña.
¿Ya estás en Ginebra?
Si, desde el sábado.
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