lunes, 23 de junio de 2008

Parsifal, la letra...

Parsifal es una ópera que representa el zenit de la tendencia wagneriana a convertir los teatros en templos y que destila mística y espiritualidad por todas sus notas. En palabras de Robert L. Jacobs, 'así como Tristan renuncia a la vida por la pasión amorosa, Parsifal renuncia a la pasión por la vida eterna', una frase que resume muy bien el espíritu de la obra. Por su parte, Thomas Mann escribió que Parsifal era 'el oratorio de la redención... la celeste obra de ancianidad de un gran ambicioso versado en todos los sortilegios de un arte tan delicado como rotundo, grande en la ambivalencia y el simbolismo, en la celebración de la idea, en la poetización del intelecto, música, en fin.'

La búsqueda del Santo Grial, es una mezcla de leyenda celta y pseudoteología cristiana que se remonta a una obra inconclusa de Chrétien de Troyes, pasada por la lectura en clave cristiana que Robert de Boron realizó en el siglo XII y que Wolfram von Eschenbach completó, en el siglo XIII, con aportaciones cátaras y albigenses. Wagner, finalmente, la redondeó con ciertas dosis de esoterismo. Estamos, por lo tanto, ante una ópera con un libro muy complejo en el que se mezclan lo sagrado, lo mágico, el ocultismo, el esoterismo y hasta la cábala que el compositor describió con una sola palabra: Büknenweihfestpiel, es decir, una celebración sagrada.

En la concepción de Richard Wagner, el Grial es la copa que José de Arimatea utilizó para recoger la sangre que manaba del costado de Jesucristo en la cruz, una copa que ya había utilizado el Redentor en la Santa Cena y que es custodiada por los Caballeros del Santo Grial, junto con la Lanza que atravesó el costado del Salvador, en la fortaleza de Montsalvat. La acción, por lo tanto, se desarrolla en la España del siglo X cuando la península estaba bajo dominio árabe.

Parsifal, como casi todas las óperas de Wagner, está llena de dualidades; a cada personaje y situación, se le enfrenta su contrario: al recinto sagrado de Montsalvat, se opone el castillo de Klingsor; Kundry es la antagonista de Amfortas; Titurel, el oponente de Klingsor y la lanza, se contrapone al Grial y así misma, ya que siendo la que causa la herida de Amfortas, es también la única que puede salvarlo. También hay quien ha pretendido contraponer a Amfortas –el guardián del Grial semita – con Parsifal – el nuevo guardián ario – pero esa es una antítesis que sólo quiere hurgar en la herida, nunca mejor dicho, de la tan manida cuestión del antisemitismo, y hasta nazismo, de Don Ricardo una cuestión que sólo responde a un muy escaso y superficial conocimiento de la obra del compositor.

Esta obra, entre la ópera y el oratorio, como afirmó Pierre Boulez, es compleja, difícil y para que negarlo, bastante larga, pero no es menos cierto que comienza con un preludio bellísimo que desde su mismo inicio contribuye a que el embelesamiento sea inevitable. Según dejó escrito en su testamento, Wagner quería que Parsifal sólo se representase en Bayreuth pero la ley se impuso a su voluntad y transcurridos 30 años de su muerte, la ópera quedó liberada de esta imposición y comenzó a ser representada en todos los teatros del mundo.

22 comentarios:

Anónimo dijo...

G,

La Belle Dame Sans Merci

Ballad


I.

O WHAT can ail thee, knight-at-arms,
Alone and palely loitering?
The sedge has wither’d from the lake,
And no birds sing.

II.

O what can ail thee, knight-at-arms! 5
So haggard and so woe-begone?
The squirrel’s granary is full,
And the harvest’s done.

III.

I see a lily on thy brow
With anguish moist and fever dew, 10
And on thy cheeks a fading rose
Fast withereth too.

IV.

I met a lady in the meads,
Full beautiful—a faery’s child,
Her hair was long, her foot was light, 15
And her eyes were wild.

V.

I made a garland for her head,
And bracelets too, and fragrant zone;
She look’d at me as she did love,
And made sweet moan. 20

VI.

I set her on my pacing steed,
And nothing else saw all day long,
For sidelong would she bend, and sing
A faery’s song.

VII.

She found me roots of relish sweet, 25
And honey wild, and manna dew,
And sure in language strange she said—
“I love thee true.”

VIII.

She took me to her elfin grot,
And there she wept, and sigh’d fill sore, 30
And there I shut her wild wild eyes
With kisses four.

IX.

And there she lulled me asleep,
And there I dream’d—Ah! woe betide!
The latest dream I ever dream’d 35
On the cold hill’s side.

X.

I saw pale kings and princes too,
Pale warriors, death-pale were they all;
They cried—“La Belle Dame sans Merci
Hath thee in thrall!” 40

XI.

I saw their starved lips in the gloam,
With horrid warning gaped wide,
And I awoke and found me here,
On the cold hill’s side.

XII.

And this is why I sojourn here, 45
Alone and palely loitering,
Though the sedge is wither’d from the lake,
And no birds sing.

KEATS

T dijo...

Estimado G., confieso que el bellísimo poema de Keats, en este contexto, me ha dejado perpleja y sólo atisbo a unir a esta mujer sin piedad con el clima esotérico que el poeta también cultivaba. Confío en que, ya que estamos en la mañana de san Juan, algún pájaro se decida a cantar y que los juncos no se marchiten en el lago.

;-)

T dijo...

Por cierto, ¿prefiere el cuadro de Dicksee, el de Crane o el Cowper?

Anónimo dijo...

G.

Estimada T, para ser sincero no recuerdo el cuadro de Crane. Mi preferido es el de Waterhouse, posiblemente por la cautivadora inocencia de la Dama. No obstante es interesante ya que menciona a Dicksee y a Cowper, como reflejan tres estadios distintos del poema.
A saber, una diacronía similar a la siguiente, el cuadro de Waterhouse muestra un momento previo al hechizo, en el de Dicksee el cabalero parece ya entre extasiado y paralizado, finalmente en el de Cowper, frente al triunfo de la Dama se muestra la derrota del Caballero.

Los pájaros han cantado y los juncos parecen sanos :)

T dijo...

Yo prefiero el de Cowper porque los colores son muy vivos y porque escapa al tono mórbido, tan querido por los prerrafaelitas. Es un cuadro muy, muy sugerente.

Anónimo dijo...

Si me permiten entrar en la conversación, creo que ninguno como el de Cowper refleja tan bien al calificativo de la dama "sans merci". La forma tan sutil de derramar una inmisericorde indiferencia al rendido caballero.

T dijo...

Este es un club abierto, así que todos los comentarios son bienvenidos. A mí, guardadando todas las distancias, el de Cowper me trae evocaciones de mi adorado Klimt.

Anónimo dijo...

G.
Siendo como es, extremadamente bello y colorista el cuadro de Cowper, ¿no es acaso particularmente bello y mórbido el poema de Keats?


I see a lily on thy brow
With anguish moist and fever dew,
And on thy cheeks a fading rose
Fast withereth too.

Pienso que la indiferencia de la Dama es inmisericorde, pero no sutil. No obstante es una cuestión esencialmente de subjetiva, la percepción de la propia Dama cambia
a lo largo del poema, la primera referencia que hace el caballero es la siguiente:

I met a lady in the meads,
Full beautiful—a faery’s child,

Anónimo dijo...

G.
Es cierto lo Klimt, a propósito de él me ocurrió algo que ratifica tal vez,lo que es obvio, y es la especial capacidad de los ingleses para ambientar historias y captar ambientes. Hace ya algunos años, vi la adaptación cinematográfica de la obra homónima de Henry James "Las alas de la paloma", en un determinado momento, tras una conversación entre una de las protagonistas y su tía comenté a uno de mis acompañantes, parecen salidas de un cuadro de Klimt, y sin solución de continuidad los tres protagonistas coincidían en una exposición del pintor austriaco.
Bella novela y bella película tanto en la forma como en el fondo.

T dijo...

'Su pelo era largo, su caminar ligero
Y sus ojos salvajes', continúa. Pura fascinación.

Creo que el cuadro es sutil, no la Dama del poema de Keats.

T dijo...

And there she lulled me asleep,
And there I dream’d—Ah! woe betide!
The latest dream I ever dream’d 35
On the cold hill’s side.

Esta estrofa también es un buen ejemplo del gusto por lo mórbido.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con usted en la percepción del cuadro. Para mí hay una gran sutileza en el íntimo gesto de alzar los brazos y recogerse el pelo torciendo la cabeza y no inclinándola hacia delante. Esa mirada perdida en la lontananza, bufff.

¿Se han fijado la cantidad de artistas que han recogido ese gesto de la toilette de las mujeres? tengo miles de imágenes en mi archivo, algún día serán objeto de tesis.

T dijo...

Uno de mis hermanos sostiene que no hay nada más erótico que una mujer soltandose el pelo. En sentido literal.

Anónimo dijo...

G.

En mi opinión es más sutil el poema que cualquiera de los cuadros, porque es generalmente aceptado por escritores como Graves , que más allá de las apariencias, la Bella Dama sería una metáfora de la tuberculosis que finalmente resultaría mortal para Keats, por ello resulta especialmente disonante con el poema los vívidos colores del traje de la Dama en el cuadro de Cowper.

Anónimo dijo...

¿Y el poema?

Ya sabe....

los ritos son necesarios.

T dijo...

Ésa es, efectivamente, la interpetación más aceptada del poema pero, en mi opinión, el poema no es sutil, es metafórico. El poema describe con claridad desde el embelesamiento inicial al desgarro final del poeta, no deja nada a la imaginación sino que todo queda a la interpretación del lector, lo que no es lo mismo.

El cuadro de Cowdes es sutil porque permite imaginar que pasó antes de ese momento que plasma el pintor y la imaginación es libre, amigo mío.

T dijo...

Completamente de acuerdo, querida. Los ritos son más que necesarios, son imprescindibles.

Anónimo dijo...

G.

Para mi el poema es una metáfora sutil, tal vez por ello sus interpretaciones han sido diversas.

Un cordial saludo.

T dijo...

Dígame, G. ¿Qué le ha llevado de Parsifal al poema de Keats?

Anónimo dijo...

G.
T, el castigo sufrido por la falta de misericordia hacia su madre.

T dijo...

Gracias, G. ¿Le gusta la ópera? Parsifal, concretamente. Y disculpe este tercer grado.

Anónimo dijo...

G,

Sí, Wagner concretamente, a pesar de ser un perfecto ignorante. T, yo soy el agradecido.