martes, 13 de mayo de 2008

'O Freiheit!'

Suele decirse que Fidelio no es una ópera totalmente conseguida y si es así, opinión con la que no estoy muy de acuerdo, no es, desde luego, porque el genio de Bonn no le dedicase tiempo. A la primera versión de la misma, estrenada en el Theater an der Wien el 20 de noviembre de 1805 con el título de Leonore, oder Der Triumph ehelichen Liebe, le siguió una segunda versión con el mismo título - y la Obertura Leonore III - estrenada el 29 de de marzo de 1806 en el mismo teatro de Viena y a ésta, la versión definitiva que se estrenó también en Viena, en el Kärntnetortheatre, el 23 de junio de 1814. Fue, por lo tanto, un dedicado trabajo de once largos años -comenzó a componerla en mil ochocientos tres - y cuatro oberturas magníficas. Es cierto que las partes más ligeras, las más cercanas al singspiel, son de poca entidad pero el segundo acto es, en mi opinión, impecable.

Un parto tan laborioso tuvo que tener muchas razones pero, sin duda, una de las principales fue la pretensión del compositor de ser fiel al lenguaje dramatúrgico de sus predecesores, al tiempo que trataba de introducir elementos innovadores en esa tradición. Y así, al lado de los típicos diálogos hablados de la época, podemos encontrar escenas con una forma de expresión muy novedosa y que nada tienen que ver con lo que se había hecho hasta entonces. La novedad y modernidad de las obras de Beethoven son una constante en gran parte de su producción musical. Somos muchos los que mantenemos, por ejemplo, que las soluciones armónicas de sus últimos cuartetos todavía no han sido superadas.

En este sentido, el final de la ópera es una escena de gran complejidad en la que si bien es cierto que Beethoven utilizó recursos musicales ya conocidos, le añadió una estructura musical y dramática con la que se adelantó en bastantes años a épocas posteriores. La intensidad del cuadro provoca emociones que es muy difícil transmitir, hay que escucharlo y si es posible, verlo.

Fidelio siempre será una ópera actual porque nos da un ejemplo muy elocuente de la rebelión individual de las personas y de la lucha por defender los principios. Lo que Beethoven concibió en un primer momento como un drama sobre la tiranía, terminó convertido en una ópera que describe el conflicto entre fuerzas morales y en la que se resaltan valores fundamentales del hombre, como la libertad, el amor y el honor. Se trata, en definitiva, de un canto a la dignidad del hombre.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Nunca he escuchado esta ópera, pero, con estos magníficos comentarios es difícil resistirse. Este fin de semana tengo la oportunidad de asisitir a la Novena de Beethoven, por primera vez, en directo y estoy emocionadísimo. ¿Sabe dónde puedo leer algún análisis de esta obra? Gracias.

T dijo...

La Novena Sinfonía es una gran obra, no sé si sabe que la partitura manuscrita de Beethoven que se conserva en la Biblioteca Estatal de Berlín está reconocida por la UNESCO como parte de la lista del Registro de la Memoria del Mundo.

Esto ni añade ni quita nada, pero es un dato que da buena cuenta de la popularidad de esta obra, sobre todo de su celebérrimo cuarto movimiento.

Más que leer sobre la Novena, yo le recomiendo escucharla bien interpretada, algo que no es fácil. Y para mí, tal vez el mejor registro que existe es el de Furtwängler en el Festival de Lucerna de 1954 (Tahra). Si encuentra esa grabación, tendrá usted un tesoro.

Wagner escribió una obrita llamada 'Una peregrinación a Beethoven', en la que hace una síntesis muy precisa y concisa de la Novena, pero no sé si esta obra es posible encontrarla en las librerías españolas, es más, no sé si está traducida al castellano. Y en su biografía, la de Wagner, también podrá encontrar datos muy interesantes.

Anónimo dijo...

Bueno, yo tengo una de Karl Böhm y la Filarmónica de Viena grabada en 1981. Ésta es la que más he escuchado y más me gusta. Luego tengo otra de Alberto Lizzio y La Orquesta y Coro del Festival de Praga de 1995, que conseguí junto con un fascículo. Pienso que el director tendría cosas que hacer aquel día o le dieron poco tiempo para grabarla por lo rápida que transcurre. Finalmente, tengo una versión, que en un momento de debilidad me bajé de emule, de la que sólo se que es interpretada por la filarmónica de Berlín. Intentaré ver si puedo encontrar la que me recomienda. Muchas gracias por sus sabios consejos.

Anónimo dijo...

Buenos días.
Al contrario que el sauerkraut, la música no se puede disfrutar "enlatada" en un disco. Anoche escuché muchos instrumentos que no distingo en mis discos de la Novena. Saludos

T dijo...

Por supuesto que lo ideal es escuchar un concierto, pero la excelencia existe. Y a veces está grabada.