lunes, 3 de marzo de 2008

Tosca (y II)

Musicalmente, Tosca es una obra en la que Puccini utilizó soluciones armónicas verdaderamente audaces para la época y por ello no debe extrañarnos que Arnold Schönberg nombrase siempre a Puccini entre aquellos que, en los años que precedieron a la I Guerra Mundial, contribuyeron más activamente a la creación de un nuevo lenguaje armónico.

La ópera se sostiene sobre tres papeles fundamentales: El de la cantante que le da nombre, el del pintor Cavaradossi y el del Barón Scarpia. En Tosca, Puccini utiliza un cromatismo muy desarrollado y una sólida instrumentación que hace posible el tremendismo orquestal de algunas escenas pero también posee un elegante melodismo en sus momentos más líricos. Es una obra llena de excesos, tanto dramáticos como musicales, lo que la convierte en una ópera más naturalista que verista, a la que incluso se ha clasificado de drama musicado con influencias wagnerianas, algo que yo no veo por ninguna parte. Es cierto que el compositor hizo uso notorio del leitmotiv pero hay que decir que aplicó esta técnica de una forma muy personal, siempre está centrado en torno a Scarpia, y con él comienza la partitura. Son tres acordes que constituyen entre ellos relaciones tonales muy distantes y que reaparecen cada vez que la trama gira en torno al Barón, pero estos tres acordes tienen una función armónica diferente según el contexto en el que se presentan.

En Tosca, Puccini redujo las arias a tres, dos cantadas por el tenor y una por la soprano pero además, son arias muy breves que representan una pequeña proporción del total de la obra -Vissi d'arte apenas tiene treinta y cinco compases y E lucevan le stelle sólo tiene treinta y tres, incluyendo el recitativo inicial. Lo que es innegable es que las mismas están situadas en momentos muy destacados de la ópera y que la melodía de las mismas es de las que se quedan grabada en la memoria para siempre. Y hay que señalar también que en muchas ocasiones, estas melodías son interpretadas por la orquesta y no por las voces, con lo que se establece una especie de contrapunto dramático entre el foso y la escena.

Los mas momentos más destacables de Tosca, además de las tres arias mencionadas son, en mi opinión, el Te Deum que cierra el primer acto, en el que el canto siniestro de Scarpia se opone al conjunto coral y sobre todo, el duelo interpretativo entre Tosca y el Barón del acto segundo.

El papel de Tosca requiere una soprano más lírica que dramática, una spinto si fuese posible, que posea grandes dotes de actriz. La Tosca es, para decirlo de una manera llana, todo un 'papelón' para una soprano, una mujer muy alejada de las heroínas frágiles, sufrientes y sutiles a las que Puccini nos tiene acostumbrados. Tosca es apasionada, celosa, generosa, fuerte y capaz de cualquier cosa por amor. Capaz de matar primero, y suicidarse después, pero incluso en la escena final del suicidio saca a la luz su odio hacia Scarpia gritando 'O Scarpia, avanti a Dio! ' ( Scarpia ante Dios!). La han interpretado cantantes de la talla de María Caniglia, Renata Tebaldi, Raina Kabaiwanska, Montserrat Caballé, Aprilo Millo, Eva Marton, Ghena Dimitrova, Hildegard Behrens, Elena Prokina y, por supuesto, Maria Callas, que la interpretó por vez primera en el Teatro Nacional de Atenas el año 1942 y de la que se despidió, al margen de la representación del segundo acto que realizó en París, el 5 de julio de 1964 en el Covent Garden londinense.

Cavaradossi, personaje honesto, enamorado y movido por los más nobles sentimientos, precisa de un tenor lírico capaz de cantar con solvencia las dos magníficas arias que Puccini escribió para él: Recondita armonia en el primer acto, y en la que debe tener un si bemol y el 'Adiós a la vida' del último acto en la que progresa hasta un al la natural. Cavaradossi lo han cantado casi todos los grandes tenores del siglo: Caruso, Gigli, Anselmi, Kiepura, Fleta, Tucker, Corelli, Bergonzi, Di Stefano, del Monaco, Aragall, Domingo, Carreras, Lima, Shicoff, Pavarotti...

A pesar de las dudas que tenía Giacosa, Scarpia es un filón dramático para cualquier barítono. Es un personaje autoritario, ambicioso, inmoral, represor y rijoso. Un personaje, en definitiva, aborrecible y con algunas similitudes con el Yago verdiano, también Scarpia hace su particular profesión de fe en el segundo acto. Para interpretarlo se necesita un barítono dramático, con voz oscura y potente y con un gran dominio del parlato. Un cantante - actor con recursos suficientes para darle al papel todos los matices que exige y que ha sido interpretado, entre otros, por Ameto, Taddei, London. Wixell, Milnes, McNeill, Pons, Bruson, Van Damm, Nucci, Raimondi, Ramey, Terfel y Gobbi, que a pesar de sus deficiencias vocales ha estado magistral en los aspectos dramáticos. Su segundo acto con Maria Callas en la producción que Zeffirelli dirigió en el Covent Garden es grandioso.

Tosca es una ópera de pasiones que incluso gusta a quienes no son admiradores de Puccini, fue una rompedora novedad en los ambientes musicales de principios de l siglo XX y sigue siendo una de lasmás populares del repertorio.

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