sábado, 30 de marzo de 2013

La espera


En esta noche cargada de silencio, cargada de esperanza, resuena la invitación que Dios nos dirige a través de las palabras de san Agustín: "Tened fe. Vosotros vendréis a mí y gustaréis los bienes de mi mesa, así como yo no he rechazado saborear los males de la vuestra... Os he prometido la vida... Como anticipo os he dado mi muerte, como si os dijera: 'Mirad, yo os invito a participar en mi vida... Una vida donde nadie muere, una vida verdaderamente feliz, donde el alimento no perece, repara las fuerzas y nunca se agota.'

Benedicto XVI en el Coliseo Romano, al finalizar el Vía Crucis del Viernes Santo de 2011

3 comentarios:

Lourdes dijo...

¿Nostalgia del Papa emérito? - ¡Qué raro suena lo de Papa emérito! - . Hubiese asegurado que el actual, tan impostadamente franciscano en las formas - así lo veo yo - pero tan, tan jesuita en lo fundamental y me atrevo a decir que en el fin que intuyo en sus muchos gestos, te encantaría. No por la impostación franciscana, naturalmente.

Ana dijo...

A la espera de que realmente tome el pulso a la vida vaticana, prácticamente fue elegido y se ha metido de hoz y coz en las celebraciones de semana santa, estoy de acuerdo con usted en que si bien las maneras parecieran las de un franciscano, los modos son de los hijos de san Ignacio.

Pero a nuestra amiga común la tiene un poco mosca con tanta simplificación litúrgica.

Le falta pompa que no boato, parece.

T dijo...

A mí me gusta mucho lo que dice el Papa pero me gustan menos algunas cosas que hace, por ejemplo el minimalismo litúrgico que parece preferir. Y no se trata de boato y tampoco de pompa sino de mantener el buen gusto y la grandeza de una liturgia secular. Yo no digo que todas las misas tengan que ser solemnísimas pero en el Vaticano, y presidiendo el Papa, espero que la celebración no sea igual que la misa mayor de mi pueblo. No sé si me explico. El Papa no es un cura más.