miércoles, 5 de diciembre de 2012

Ítaca


Odisea, libro vigésimo tercero

Ya la espada de hierro ha ejecutado
la debida labor de la venganza;
ya los ásperos dardos y la lanza
la sangre del perverso han prodigado.

A un despecho de un dios y de sus mares
a su reino y su reina ha vuelto Ulises,
a despecho de un dios y de los grises
vientos y del estrépito de Ares.

Ya en el amor del compartido lecho
duerme la clara reina sobre el pecho
de su rey, pero ¿dónde está aquel hombre
que en los días y noches del destierro
erraba por el mundo como un perro
y decía que Nadie era su nombre?

Jorge Luis Borges



Harniman

3 comentarios:

Elena dijo...

La web de las fotos es una pasada, me ha encantado.

Carmen J. dijo...

Me gusta.

T dijo...

Sí es bonito, sí.