lunes, 31 de diciembre de 2012

Final de año



Ni el pormenor simbólico
de reemplazar un tres por un dos
ni esa metáfora baldía
que convoca un lapso que muere y otro que surge
ni el cumplimiento de un proceso astronómico
aturden y socavan
la altiplanicie de esta noche
y nos obligan a esperar
las doce irreparables campanadas.
La causa verdadera
es la sospecha general y borrosa
del enigma del Tiempo;
es el asombro ante el milagro
de que a despecho de infinitos azares,
de que a despecho de que somos
las gotas del río de Heráclito,
perdure algo en nosotros:
inmóvil.

Jorge Luis Borges

4 comentarios:

QuiaSint dijo...

Querida Foster:
Ruego perdone la tardanza en contestarle (he estado unos días en el pueblo, y allí no tengo internet). Sólo dos líneas para desearles —a usted, a todos los suyos y a los habituales de esta bitácora—, un 2013 lleno de felicidad (toda la que seamos capaces de proporcionarnos entre nosotros).

Un afectuoso abrazo.
Sirwood.

Carmen J. dijo...

Feliz 2013, T.

Que sea mejor que este 2012, aunque sólo lo sea un poquito.

Y también se lo deseo a tus lectores y comentaristas.

Un abrazo

T dijo...

Queridísimo Sirwood, muchas gracias por su felicitación. Espero que 2013 le trate estupendamente. Se lo deseo con todo cariño.

T dijo...

Muchísimas gracias, Carmen. Un beso.