lunes, 24 de septiembre de 2012

Saberes inútiles



Mi padre siempre sostuvo que yo era una especialista en saberes inútiles. Y cuando lo decía se refería no sólo a mi incapacidad para llevar a buen término cualquier cosa con un fin práctico, sino también a la innata curiosidad que he tenido siempre y que me ha llevado a leer todo lo que caía en mis manos y a ser  una consultora asidua de enciclopedias y diccionarios.

Ayer, por ejemplo, me enteré de la existencia de un tal J. Hope-Johnstone que se dedicó, entre otras cosas, a transcribir música china para la recopilación de poesía, también china, que hizo Harold Acton. Pues bien, este buen hombre tenía su propia definición de lo que era un saber inútil: 'un saber destinado a satisfacer lo anhelos de un cerebro que se nutre de pensamientos desinteresados'. Una definición muy atinada.

8 comentarios:

Ana dijo...

He de decir en descargo de T que no es cierto que no pueda llevar a término nada con un fin práctico.

Si no que se lo digan al chato que está en la cocina;-)

Carmen J. dijo...

¿Y qué es lo que no sirve para nada? ¿Los anhelos, el cerebro o los pensamientos desinteresados?

XDD

Lourdes dijo...

Por tu entrada, deduzco que has llegado al final de las memorias de Acton y que has resistido incluso las chinoiseries que tan poca gracia te hacen.

No me resisto a preguntar quién es el chato que tienen en la cocina, Ana.

Ana dijo...

Dejo a T la exclusiva de contarlo, a fin de cuentas el flirt con él lo tiene ella;-)

T dijo...

Es un lavaplatos con el que me pegué en incontables ocasiones porque era incapaz de colocar en él más de cuatro cosas. Ahora lo tengo dominado y me cabe hasta lo que parece imposible.

Y sí, he terminado las memorias de Acton a pesar de las chinoiseries. Son muy interesantes y muy recomendables, creo que ya lo he dicho aquí.



T dijo...

Carmen, lo más inútil de todo es tener cerebro. Y no te digo ya utilizarlo. Sobre todo en mi negocio.

;-)

Anónimo dijo...

G,

Es curioso apreciada T, exactamente lo mismo opina mi padre de mí, y del poema de Gil de Biedma, sin ser noble y con una inteligencia arruinada,
me apunto.

Saludos.

T dijo...

Estoy encantada de que dé usted señales de vida, querido G. Siempre es un placer leerle.