miércoles, 4 de mayo de 2011

Ensalada de apuntes



Confieso que no sé muy bien por donde empezar, así que este post va a hacer honor al título del blog y se quedará en unos apuntes, unas anotaciones a 'vuelateclado', sobre un fin de semana largo, azaroso y abundante en noticias que todavía colean. ¡Y lo que les queda a algunas!

Empecé el viernes pendiente de la Encuesta de Población Activa (EPA), porque no me quedó otro remedio, pero con un ojo puesto en la pantalla del televisor para seguir de reojo la fastuosa boda de Londres, en la que la pompa británica se exhibió ante el mundo sin complejos. Como debe ser. A media mañana, después de escuchar las explicaciones del Gobierno sobre el desastre que supone tener más del veintiuno por ciento de la población activa en paro, la novia, blanca y radiente, ya había llegado a  la Abadía de Westminster en un fastuoso Rolls Royce. No es que el Gobierno entonase palinodia alguna sobre los datos de la EPA, no, qué va, el Gobierno, lo dejó claro Rubalcaba horas más tarde cuando finalizó el Consejo de Ministros, se toma los datos con resignación cristiana y se encomienda a todo el santoral, incluidos los santones laicos, para que los brotes verdes que vislumbraba hace dos años, aparezcan de una vez por todas. Por si acaso, Rubalcaba, más frívolo que nunca y tan cínico como siempre, declaró que él no iba a hacer apuestas sobre si los parados llegarían en España a los cinco millones. A fin de cuentas, debió pensar, Corbacho ya había dicho que era imposible llegar a cuatro y el pobre está pasando el rato en Cornellá, alejado de cualquier atisbo de poder, así que mejor no ejercer de pitoniso.

Antes que la novia, había llegado a la Abadía el  novio en un impresionante Bentley y vestido con el uniforme de la Guardia Irlandesa, para dejar bien claro que una esquina de la verde Erín sigue perteneciendo al Reino Unido. Por lo menos esta vez no atracaron el Britannia en Gibraltar, todo un detalle que nos permitió ver el modelito rosa palo de Dña. Letizia. Ortíz y Rocasolano.  Y como ella es muy moderna y quiere que la monarquía deje de ser anacrónica y tradicional, no creo que en el muy improbable caso de que me lea, le moleste que la llame por su nombre, soslayando todos los títulos que ostenta por casarse con quien se casó.

Cuando los novios, después de besarse en el balcón del Palacio de Buckingham, ante la atenta mirada  de la multitud que llenaba el Mall, salieron rumbo a Clarence House, en el precioso Aston Martin ecológico que utiliza a diario el Príncipe de Gales, un buen número de españoles se dispuso también a comenzar el fin de semana y la EPA era ya sólo un recuerdo para todos los que podemos seguir trabajando. Y el Gobierno respiró tranquilo porque, pasado el mal trago, los periódicos pasarían el fin de semana entretenidos con la resaca de la boda y además, con la beatificación de Juan Pablo II. A fin de cuentas, el protocolo vaticano no tiene nada que envidiar al británico y el Papa polaco sigue teniendo un gran poder de convocatoria, incluso muerto. Tanta, que hasta Roma se desplazó el Sr. Ministro de la Presidencia, para acompañar al Príncipe de Asturias y a su esposa, que volvieron a encontrarse en la Plaza de San Pedro del Vaticano con una buena parte de los reales primos que habían estado en Londres.

Si los funerales de Juan Pablo II conmovieron al mundo, su beatificación, tal vez demasiado rápida pero doctores tiene la Santa Madre Iglesia, reunió en Roma a una muchedumbre de personas que, como entonces, pasaron la noche en vela y aguardaron horas para poder rendir homenaje al Papa que tanto contribuyó a la caída de las dictaduras comunistas de Europa y que abrió las puertas de la Iglesia al mundo. Con sus sombras, que las tuvo, Juan Pablo II es una figura histórica indiscutible que a los católicos nos enseñó, entre otras muchas cosas, a no tener miedo y que dió respuesta a la escéptica pregunta que se hizo Stalin acerca de las divisiones con las que contaba el Papa. Por lo visto, son muchas y muy eficaces.

En aquellos años, Reagan, Thatcher y Juan Pablo II fueron para muchos una pesadilla, el mejor pim-pam-pum para los progresistas que veían en ellos la encarnación misma de todos los males que azotaban y podían azotar al mundo. De los tres, quien mejor me cayó siempre fue Mrs. Thatcher. Tanto, que hasta esperé mi turno en el Crisol de la calle Juan Bravo de Madrid, entonces todo un icono de la modernidad y lo progresista, para que me firmase un ejemplar de sus memorias en el 10 de Downing Street y poder saludarla. Hoy, Crisol ya no existe, en el Reino Unido vuelven a gobernar los torys, el Papa polaco va camino de los altares y los Estados Unidos de América, ¡gracias a Dios! tienen en la Casa Blanca a un demócrata sin mácula ni tacha alguna.

Gracias a Dios, sí. Porque si el domingo por la noche, para rematar el fin de semana, en la Casa Blanca hubiese estado un republicano, un Bush cualquiera, y hubiese dado la orden de matar a Bin Laden, no quiero ni imaginarme lo que hubiésemos tenido que leer aquí acerca de la flagrante violación de la legalidad internacional que los norteamericanos cometieron la madrugada del pasado lunes. Por no hablar de los métodos para conseguir la información. Ya saben, la famosa base de Guantánamo que Obama iba a cerrar al día siguiente de llegar a la Casa Blanca. Los SEALs entraron en Pakistán sin permiso, dispararon antes de preguntar, recogieron el cadáver, se lo llevaron a un portaaviones fondeado en el Mar de Arabía, todo un detalle a falta de desierto, que hubiese sido más propio, y después de cumplir, a su manera, con el ritual funerario que manda el Islam, lo tiraron por la borda sin más contemplaciones.

Vaya por delante que yo aplaudo la operación montada por la CIA, que me parece de perlas que se hayan cargado a Bin Laden, pero las cosas son como son, las haga Obama el Magnífico o un Bush cualquiera. Éste prometió en 2001 que lo encontrarían vivo o muerto y aquél ha cumplido la promesa diez años más tarde. Al día siguiente del fatídico 11-S, el periódico EL PAÍS tituló que el mundo estaba en vilo a la espera de las represalias de Bush, que ya es titular. Pues bien, la venganza se sirve fría y a los norteamericanos se la ha servido Obama. Dícen que esta operación, a la vieja usanza, le va a devolver el crédito perdido entre sus conciudadanos pero lo cierto es que aquí ha dejado descolocado, y con los principios al aire, a más de uno.

¡Y el Madrid, otro año más que no será campeón de Europa!

13 comentarios:

Ana dijo...

¡Anda!

¿Pero tienen principios que orear?

T dijo...

Los tienen. Y si no gustan, los cambian.

Elena dijo...

A mi no me importa nada como se lo han cargado, a lo mejor es que ya no tengo principios.
¡La boda me encantó!

Ana dijo...

Le cuento querida, porque estoy orgullosísima de ello, que lo mejor que lució la princesa de Asturias que fue el sombrero es obra de un premio nacional de artesania.

¡Con el esfuerzo que nos cuestan algunas cosas! que nos las reconozcan nos encanta.

Carmen J. dijo...

T, comprendo que soslayes detentar para elegir ostentar. Pero puestos a soslayar en serio ¿Por qué no le llamas "La Leti", directamente? Mira, yo, que sí te leo y que soslayo mucho, digo normalmente "la boba esa"...
Y, con permiso de Ana, ahora la llamo "la del gorro", porque le quedaba como a un santo dos pistolas. O sea, como a Obama los SEALs, mal comparado...

¿Y qué hacemos con lo de Bin Laden? ¿Pedimos que le peguen dos tiros a Troitiño cuando le encuentren? Puf, menudo dilema... En fin, como diría Mourinho a Mr Stark: well done (T, no te voy a perdonar el comentario final)

Lourdes dijo...

No puedo opinar sobre la boda de Londres porque una inoportuna conjuntivitis me ha impedido ver la televisión, utilizar el ordenador e incluso leer hasta hoy mismo. Por la misma razón tampoco pude ver la ceremonia vaticana pero en este caso, eso no me impide opinar sobre Juan Pablo II, un hombre sin el que no se entenderían los últimos 25 años del siglo pasado, un líder poderoso con una fuerza y un poder de convicción difíciles de explicar pero que sea ya beato católico a mí no me añade nada.
Lo de Bin Laden demuestra que en los Estados Unidos hay cosas que no cambian, si alguien pensaba que Obama no iba a autorizar una operación así, es que no tiene ni idea de lo que es ese país pero eso pasa mucho en Europa, donde tendemos a pensar que los americanos son como los editorialistas del New York Times. Seguro que la prensa pedirá explicaciones sobre los aspectos más confusos de la operación porque allí existe de verdad la libertad de prensa y también habrá interesantes debates en foros de opinión bien informados, pero Obama, como tú dices, ha hecho lo que hubiese hecho cualquier otro presidente y la valoración moral que nos merezca la ejecución extrajudicial de Bin Laden, debería quedar al margen de la simpatía que sintamos por quien la ha tomado aunque sé de sobra que no es así.
(Tremendo el titular de El País, que no recordaba)

Lourdes dijo...

Carmen, estoy casi segura de que T piensa que la del gorro ( ¡Me encanta!) detenta el título de heredera consorte de la Corona de España, pero no se ha atrevido a decirlo.
Y yo también siento lo del Madrid, sobre todo por mi hijo que no levanta cabeza, al tiempo que sostiene que el Manchester hará justicia.

Ana dijo...

Yo también espero mucho del Manchester.

Tengo un hermano que si no fuera porque está a punto de ser padre de su primer hijo varón lo tendríamos en urgencias con un soponcio de aúpa.

Ana dijo...

Ahhhh, Carmen, la llame usted como la llame, en público o en privado, lo que llevaba era un sombrero y no gorro.

Y disiento con usted,cierto que el color no era nada afortunado, pero el sombrero le sentaba bien y era lo único bonito del atuendo.

¡Al César lo que es del César!

T dijo...

Me alegro de que ya estés bien, Lour. A ver, si me atengo a las normas que siempre rigieron los matrimonios de los Infantes, y Príncipes, de España, Leti detentaría el título, pero nos guste o no, lo cierto es que en las actuales circunstancias, lo ostenta. Y añado, lo representa fatal.

El sombrero, coincido con Ana en que era bonito, lo que pasa es que confieso que no soy ni objetiva ni imparcial con ella, y como me cae como un tiro, le suelo encontrar faltas a todo lo que se pone.

Con Obama, a la vista de los últimos acontecimientos, nuestro beatífico presidente, sin necesidad de ceremonia en el Vaticano, debe estar pensando exactamente lo que Puebla plasmaba ayer o anteayer en su chiste en ABC: contra Bush vivíamos mejor.

Lo del Madrid lo va a arreglar el Manchester, seguro.

Lourdes dijo...

Ana, mi hijo, por lo general comedido y atemperado, sufre una alteración de la personalidad que me deja descolocada y que sólo es comparable a la que le ocurre a mi marido cuando conduce por España y otras tierras del meridión.

Carmen J. dijo...

Yo prefiero no comentar cuál es exactamente mi estado de ánimo, después del estado de nervios y del estado de congoja al que me he visto sometida durante estos 18 días. A Sir Alex Ferguson me encomiendo, y si gana la copa de Europa el Madrid tendrá entonces 9 copas y media.

Ana, lleva vd razón, es un sombrero. Es un bonito sombrero. Y qué duda cabe que la artesanía española es excelente. Desde luego. Pero reconózcame al menos que un camarero va con pajarita y no con esmokin...

Ana dijo...

Ja, ja, ja....

Yo no le estaba quitando la razón Carmen, sólo puntualizaba respecto al sombrero, al que atribuyo todos los méritos, que no tiene la culpa de nada:-)