lunes, 9 de mayo de 2011

El faro de las antípodas


En la Bahía de Otago, en la Isla Sur de Nueva Zelanda, se encuentra Dunedin, una ciudad universitaria en la que está el Carisbrook, un célebre estadio de rugby en el que se juega el triangular austral que enfrenta a los Wallabies australianos, los Sprinboks sudafricanos y los All Blacks neozelandeses. Y muy cerca de allí, en  los Catlins, está el faro más antiguo de Nueva Zelanda. Construido en 1870 y situado en lo alto de un acantilado, en sus alrededores se pueden encontrar los rarísimos pingüinos de ojos amarillos, focas y hasta leones marinos. Desde 1989, el faro está automatizado y se controla desde Wellington, al sur de la Isla Norte.

Por estos días, hace ocho años, en Madrid hacía un calor del demonio y mi amiga Ana disfrutaba de un envidiable viaje por nuestras antípodas, aunque ahora no recuerdo si llegó a Nugget Point.

15 comentarios:

Ana dijo...

Llegamos porque mi compañera de viaje tenía especial empeño en llevar una fotografía de los simpáticos pingüinos a su hijo. No conseguimos más que ver uno en la lejanía.

El viaje espectacular ¡lo que cunde esa isla!

T dijo...

¡Qué envidia, por Dios!

Ana dijo...

¿A estas alturas? yo creí que ya se le había pasado.

Lourdes dijo...

Admita que el viaje es muy envidiable, Ana. Y no descarte que nuestra amiga T piense, en estos momentos, que lo más cerca que le gustaría estar de la campaña electoral es en las antípodas de España. Si el ruido se hace insoportable, vengan a verme; Suecia, en estas fechas, empieza a ser un destino apetecible.

Carmen J. dijo...

Ah, las antípodas...

Las antípodas tienen un problemilla y es que están en todas partes, según donde te pongas. Bueno, y que están muy lejos...

El que está en las antípodas es un antipódico. Y un antipodista es un acróbata que, tumbado de espaldas, realiza ejercicios de habilidad con las piernas. Si no tienes mucho dinero ni tiempo para ser antipódico, te metes a antipodista: es menos relajante que el viaje de Ana, pero si tienes la suerte de que te dé un calambrazo en los dedos, lo mismo ves pingüinos de ojos amarillos.

Como me noto los lunes, ¡uf!

NáN dijo...

Las antípodas tienen algo de sagrado. El concepto se aprende desde muy pequeño, en el colegio. La imaginación se inflama y ningún estudio científico borrará ya ese sentimiento.

Por supuesto, la Tierra ya puede rotar, girar, dar saltitos o lo que quiera: ¡El que anda cabeza abajo, incómodamente, siempre es el antípoda!

Carmen dijo...

Nàn: siempre que se habla de viajar tú le encuentras defectos. Mira que un detallito sin importancia, como es ir cabeza abajo, te parece incómodo...

T dijo...

Dícen que son muy tímidos, Ana, así que deben salir corriendo en cuanto escuchan ruidos. Me refiero a los Pingüinos.

No se me ha pasado porque, a la envidia que me da el viaje, se añade que mientras tanto a mí me tocó lidiar con una colección de ineptos bastante considerable, como usted sin duda recuerda.

No creo que Nueva Zelanda esté lo suficientemente lejos como para evitar la murga electoral, Lourdes, pero si me animo a ver de nuevo las noches blancas, te avisaré con tiempo.

Sobre todo, están muy lejos, Carmen. Siempre están muy lejos, por eso son tan apetecibles. Bastante más que los lunes. Y que los martes.

Lo de andar cabeza abajo, NáN, es algo que tengo que hacer a veces, y muy a mí pesar, sin necesidad de largarme a las antípodas. Ahora mismo, sin ir más lejos, tengo temporada de andar cabeza abajo. Y de cuadrar círculos, por si fuera poco empeño el anterior.

Elena dijo...

No he podido dejar comentarios en dos días y quería decir que España es un país de lujo hasta en sus antípodas, las de Suiza están en medio del Indico, al oeste de Australia.

NáN dijo...

Te lo aviso, porque a mí ya me ha pasado: es mucho más fácil circular cuadrados (a patadas en las esquinas) que cuadrar círculos.

T dijo...

Blogger sufrió una avería que nos dejó a todos fuera de juego, Elena. Bien mirado, tienes razón en que tenemos un lujo de antípodas.

Nunca se me hubiera ocurrido circular cuadrados, NáN, pero lo tendré en cuenta.

T dijo...

Elena, buscando en http://www.antipodemap.com/, una aplicación de Google que he encontrado al hilo de tu comentario, las antípodas de Ginebra están en mitad del Pacífico y no del Índico.
Las de León están exactamente al oeste de Nueva Zelanda, las de Madrid en la isla norte de Nueva Zelanda y las de Estocolmo, también en medio del Pacífico austral.

Elena dijo...

Surmise habîa oido que estaban en el Indico, lo que està claro es que están en el ague y que sea en el pacífico es más acorde con la neutralidad de los helvéticos.

Elena dijo...

Quería escribir siempre y agua pero el corrector como está en modo francés ha escrito lo que ha querido.

Lourdes dijo...

A mí me parece más difícil hacer un buen círculo, sin compás, que cuadrarlo. Y en cuanto a las antípodas, prefiero el Ártico al Antártico, son igual de gélidos pero el norte es más confortable.
Me ha gustado tu comentario sobre el Pacífico y los suizos, querida Elena, has tenido reflejos.