Con sus nieves y aguas mil
al invierno el sol destierra;
suspira alegre la tierra
y ese suspiro es abril.
¡Abril!, el primer albor
de la mañana en el cielo;
¡abril!, el primer anhelo;
¡abril!, la primera flor.
El primer ímpetu ardiente
de la vida, antes en calma;
el primer grito en el alma;
el primer sueño en la frente.
Abril es por maravilla
flor de eterna juventud;
abril es fuerza y salud;
abril sabe a manzanilla.
Abril es aura que cruza
entre flores a escoger;
abril es una mujer,
y una mujer andaluza.
Abril ama, sueña, engríe
canta, bulle y alborota;
abril es clavel que brota,
abril es boca que ríe.
¡Abril! ¿A quién no has dejado
el recuerdo de un amor
y las hojas de una flor
en el libro más preciado?
Serafín y Joaquín Álvarez Quintero
9 comentarios:
Lo está usted haciendo aposta.
Pondrá después a Elliot para que sea evidente el contraste.
¡Ja, Ja, Ja!
Ya lo he puesto. En un comentario del post anterior. Me la dejaron tan colocada que sólo tuve que subir la red y rematarla.
Te estás luciendo, guapa. (Grrrrrrrrrrrrr)
Y abril es, sobre todo,
saber que ya falta poco
para volverse uno loco
con el polvo que fue lodo.
Por alguna razón que desconozco, los últimos comentarios de ayer a su anterior post no me aparecen por eso hice el comentario.
En cualquier caso sigue sin gustarme ese poema y tiene más delito escribirlo en un sitio como Suiza donde la primavera es un auténtico regalo (si es que no viene mala) porque, como bien dice Elena, se echa mucho de menos el cambio estacional.
De la calidad del poema no estoy hablando.
Reconozco que los octosílabos de los Quintero quedan mejor con una música coplera que así, en frío.
¡Pero que venga el calorcito como sea, de puntillas o bailando una copla!
Y eso que hoy no hay queja, vengo de tomar un vermú en una terraza, con gafas de sol y leyendo hora y media. Pero luego miras en Interné la meteorología y da un poco de repelús.
Los Quintero son muy mejorables en poesía pero conviene no desdeñarlos a la ligera. Sobre ellos escribió Luis Cernuda 'que era muy aguda la observación de la realidad, y deliciosa la representación dramática, solamente viciada, en ocasiones, por el optimismo pueril y apriorístico con que pretendían idealizarla'.
Muy mejorables es ser muy benévola, querida T; no pasan de ripios malos.
Es una suerte para todos que T sea benévola.
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