miércoles, 23 de marzo de 2011

Viajar II


'Dos jornadas de viaje alejan al hombre -y con mucha más razón al joven cuyas débiles raíces no han profundizado aún en la existencia- de su universo cotidiano, de todo lo que él consideraba sus deberes, intereses, preocupaciones y esperanzas; le alejan infinitamente más de lo que pudo imaginar en el coche que le conducía a la estación. El espacio que, girando y huyendo, se interpone entre él y su punto de procedencia, desarrolla fuerzas y determina transformaciones interiores que se creen reservadas al tiempo'.


Thomas Mann
La Montaña Mágica

8 comentarios:

Ana dijo...

A miles de kilómetros de la rutina, dispuestas a dejar que el tiempo transcurra lentamente.

Por lo pronto hemos viajado hasta Mondariz que no desplazado.

Hay una sutil y muy placentera diferencia.

T dijo...

No es el Schatzalp-Bahn, de Davos pero está muy bien.

Lourdes dijo...

Me ha gustado mucho lo de viajar en lugar de desplazarse, Ana; cada vez que piso un aeropuerto, añoro esos fantásticos relatos de viajes en trenes o barcos de vapor.

Carmen J. dijo...

Sí, viajar es saborear, y lo otro son traslados de un sitio a otro; ir, venir y poco más.

Es la democratización de los viajes, el aumento del nivel de vida. Fue un logro que cada español tuviera un seiscientos, y hoy también lo es que lo normal sea haber estado en el extranjero. Por el lado de la oferta, es la liberalización de los mercados, y algo más. Un gafotas se da cuenta de que no pueden aumentarse los márgenes y elige crecer a través de la rotación. La industria y la tecnología hacen el resto.

No lo veamos en negativo. La democratización de los viajes abre los ojos a la gente, que ve (aunque poco) y comprende (un poco más). ¿Era Unamuno el que decía que el fascismo se cura leyendo y el nacionalismo viajando? O démosle la vuelta a la idea: en la época de los fantásticos relatos de viajes (tan romántica), comer bien comían pocos, y una simple extracción dental era ¡una tortura!

Con todo, ver ofertas de "Escapada a París, cuatro días/ tres noches con parada en Disneylandia" es peor que sacarse una muela en 1923...

O sea, que mirar se mira, pero ver, se ve lo justito.
Feliz estancia en Mondariz.

NáN dijo...

Cuando oigo en la radio (mientras me ducho por la mañana, que no la vuelvo a oír) "Vuelos a Holanda por 36 euros", me pongo enfermo. Y debe ser real, la enfermedad, aunque a mí no me afecte directamente. Sensibilidad Química Múltiple. Conozco cada vez más casos (entre ellos el de mi compañera, que empezó hace 5 años). Solo se considera enfermedad en Alemania y Francia.

Pero todos, hala, a Holanda por dos duros. A quemar combustible fósil. Y para muy poco: veo que la gente hace fotos o vídeos, pero cai nadie mira.

(¡Anda que no me he levantado viejo cascarrabias hoy ni nada!).

Elena dijo...

Los aeropuertos son como abrevaderos de ganado, teníais que haber visto como estaba ayer por la tarde el de Frankfort, y todos medio desnudándonos en los mil controles que hay que pasar. Se que es necesario pero te quitan las ganas de volar.
Como pasaras por alli, echale un rezo al Apóstol de mi parte.

Carmen J. dijo...

¿36 euros? Oye, pues no está nada mal. Dile al que te apunta con la pistola para no viajar que se coja él el vuelo, y tú te bajas a Cádiz con tu compañera (mira qué apaño más majo te he hecho en un momentillo).

Elena, en esta época los aeropuertos todavía tienen un pase. Pero es llegar el verano, y se convierten en un desfile de ordinariez, zafiedad, mal gusto y peor olor. Esos que cogen aviones en traje de baño con flores, camisetas viejas y chanclas se deben creer que ellos no van en cabina, sino en la bodega junto con las maletas. Y no digamos los que van en chandal, "muy cómodos", con las gafas de sol en el finger...

Sobre la necesidad de desnudarse en los controles y que te pase las manos por todas partes la bollera de turno... habría mucho que discutir.

T dijo...

Viajar en coche cama es mucho más agradable, aunque los compartimentos deberían ser un poco más grandes y no tiene nada que ver con los relatos que evocaba Lour el otro día.

Igual que Mondariz. El balneario sigue siendo excelente pero el personal que va a pasar un fin de semana, o incluso sólo la noche del sábado, no tiene ni idea de a donde va, y el silencio y la tranquilidad que son propias de un establecimiento termal desaparecen y se imponen los gritos, cuando no alaridos. Los españoles no sabemos hablar bajo. Bueno muchos españoles no saben porque yo, por lo general, hablo muy bajo.

A Mondariz le han adherido una macroinstalación de spa que el sábado por la tarde parecía una piscina en hora punta del mes de agosto. Como para salir de allí corriendo. Del spa.

Elena, 'le eché el rezo' de tu parte al Apostol. Y como siempre, en los últimos años, no puede entrar a San Martín Pinario. Cierra los lunes y últimamente, siempre paso por allí tal día.

Lo de desnudarse en los aeropuertos es, efectivamente, para capítulo aparte, Carmen.

Lo de la sensibilidad química múltiple me ha dejado perpleja, NáN.