Hoy, cuatro de febrero, es el Día Mundial contra el Cáncer. Así, con todas las letras. Sin el eufemismo de la 'penosa y larga enfermedad', contra el que también hay que luchar. Porque a las enfermedades hay que llamarlas por su nombre para empezar a hacerles frente. Y el cáncer, aunque en muchos casos se cura, y yo soy una de las que se ha curado, sigue siendo una de las principales causas de mortalidad en el mundo.
Para luchar contra él se necesita mucha investigación, es decir, mucho dinero. Hoy en Madrid, Luz Casal dará un concierto a benerficio de la Asociación Española contra el Cáncer. ¡Ojalá se recaude mucho dinero! ¡Ojalá siga habiendo personas con su coraje! ¡Ojalá, algún día, la 'penosa y larga enfermedad' desaparezca de nuestro vocabulario!
viernes, 4 de febrero de 2011
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8 comentarios:
Para coraje, el tuyo. Si no supiese lo que siempre te ha gustado la canción que has puesto, te diría que la música no pega con lo que escribiste antes.
Sobre todo porque a mí hay pocas cosas que no me importen, Elena. Pero es verdad que ésta y 'Piensa en mí', son las canciones que más me gustan de Luz Casal.
Se ha avanzado bastante aunque quede camino por recorrer, cuando se lo diagnosticaron a mi madre no había ni eufemismos porque se ocultaba a los que no fuesen de la familia e incluso al propio enfermo. Mi madre murió sin saber de qué moría aunque lo sospechase.
Lo sé, ECA. Lo de ocultárselo al propio enfermo era muy habitual pero ya no es frecuente.
Nunca he estado de acuerdo en ocultar a un paciente su enfermedad, pero sé que esa ha sido la práctica en España durante muchos años y, de hecho, yo tuve que pelearme con media familia cuando a mi madre le diagnosticaron el cáncer de útero, así que conozco bien lo que dices, querido ECA. Me consta que ya no es así y hay que felicitarse por ello. Mi madre, como la tuya, no pudo superar el cáncer; eran otros tiempos y los tratamientos no eran tan eficaces como los que existen ahora.
El cáncer no es un estigma ni una enfermedad contagiosa; tampoco es ya una enfermedad mortal en muchos casos, tú lo sabes muy bien, querida T. Es ridículo y contraproducente referirse a ella de manera eufemística.
Tengo que confesar que no sabía si escribir sobre el cáncer. Son muchas las cosas que decir que se me amontonan y creo que aquí no habría suficiente espacio para hacerlo. Tampoco sé si sería el sitio más adecuado.
Lo primero que me gustaría es poner de relieve la dura batalla que contra el cáncer ha librado la dueña de esta bitácora. Me parece de justicia porque ha debido hacerlo en unas circunstancias muy difíciles y penosas.
La que libra todavía porque lo que muchos no saben es que el cáncer no se acaba el día en que el médico dice el tumor está necrosado, esta vez lo hemos vencido. Hace poco un médico catalán se atrevió a poner negro sobre blanco los terribles efectos secundarios que tiene padecerlo y que suponen seguir luchando hasta conseguir estar completamente bien. En esa lucha está empeñada T y aunque ella, tan amiga de los blancos y los negros, les dirá que no avanza yo, espectadora privilegiada, les aseguro que despacio, sin prisa pero sin pausa, lo está consiguiendo.
No sólo, y es lo segundo que me gustaría poner de relieve, hay que decir alto y claro que se padece un cáncer. Todos tenemos que admitir que es una enfermedad más, no algo que convierte al enfermo en apestado o en pobre y desdichado deshecho de la sociedad. En nuestra sociedad reaccionamos con pavor al cáncer, salimos por patas en cuanto podemos y le damos esquinazo acallando nuestras conciencias como podemos, si es que podemos, y nos decimos que nada se puede hacer. En la Asociación tienen que dedicar una partida realmente importante a ayudar a enfermos que se quedan solos porque a su alrededor nadie quiere enfrentarse a ese sufrimiento. Todos conocemos casos de abnegación, pero las cifras son las que son y los psiquiatras y psicólogos que se dedican a sanar los efectos anímicos del cáncer (muy pocos por cierto) saben que son la minoría. Una de las principales consecuencias de esta enfermedad es la soledad.
Todos tenemos deberes que hacer para erradicar el cáncer de nuestras vidas. Y podemos.
Gracias, Ana. Lo has explicado muy bien.
Ana: ¡Olé tus narices! Fundamentalmente por lo que no cuentas pero que aquí sabemos todas. Yo, en esto, una más.
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