Estoy leyendo una recopilación de escritos del P. Teilhard de Chardin, SI, sobre todo de 'El corazón de la materia'. Y esta mañana iba en el metro, pensando en lo leído, cuando me ha venido a la memoria una antigua copla que inspiró a Valente su libro 'La piedra y el centro'.
'Fui la piedra y el centro
y me arrojaron al mar
y al cabo de largo tiempo
mi centro vine a encontrar.'
La idea del centro, de lo sagrado, es muy recurrente en la obra de Antonio Colinas, y ya puesta a encadenar piedras, mi cabeza ha saltado hasta un poema suyo que se llama 'En el Mar Muerto'.
Las rocas son mi carne.
Las piedras son mis lágrimas.
Soy tiempo que no pasa.
Este no es mi vivir: el de los años
que estuve desviviéndome.
Y cuando intento hablar
cada palabra nace del silencio
y al silencio retorna.
Hoy, en lugar de tener la cabeza llena de pájaros, la tengo llena de piedras. O sea, que estoy pesadísima. Ustedes disculpen.
6 comentarios:
No te noto pesada sino profunda y trascendente, por lo que no tengo nada que disculparte y sí mucho que agradecerte por esta brillante asociación de ideas.
Veo que no soy la única que hago asociación de ideas, claro que la mía ni fue tan brillante, ni tan profunda. Estoy leyendo sociedad limitada de Miguel D'Ors y un poema suyo me trajo ecos de Teilhard.
Pues cuente que poesía le llevó a Teilhard, que me ha dejado intrigada.
También puedes tener "mal de piedras" ¿no?
Sí. Es posible.
Los tres últimos versos de Colinas me han gustado muchísimo.
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