viernes, 5 de noviembre de 2010

Magostos


Entre Los Santos y San Martín, se celebran magostos o castañadas por todo el noroeste de España. Los montes, como manda la tradición, las cocinas, las lareiras o las bodegas, son siempre un buen sitio para reunir a los amigos en torno al fuego, las castañas y el vino.

Dícen los mayores que cada castaña simboliza un alma del purgatorio y que, al comerla, la liberamos del suplicio. También cuentan que las ánimas se acercan a las fogatas y que, por eso, hay que dejar siempre algunas castañas en ellas en su honor. Es, en definitiva, un rito en el que las castañas y el vino representan la muerte y la vida; una tradición más de la España mágica. Un bonito pretexto para disfrutar con los amigos, contando historias de ayer o de hoy, mientras el fuego que representa al sol, va quemando todos los sinsabores del año que ya acaba.

9 comentarios:

Elena dijo...

A mi de pequeña me encantaba ir con mi abuelo a uno que hacían en Villafranca, en la finca. Ya sabes que mi abuelo era muy peliculero y a los magostos le echaba tanto misterio que yo siempre temía que terminase apareciendo una bruja, un demonio o cualquier bicho raro. Esos si que eran Jalogüins divertidos, yo me ponía mala a comer castañas, con lo que me gustan, no había quien me las quitase.

Carmen dijo...

¡Súperelena, la heroína de las almas del purgatorio! No había oído hablar nunca de los magostos. Y con lo poquito que me gustan estas cosas, casi lo prefiero.

Lourdes dijo...

En León y en Galicia son muy típicos, se trata de pasar el rato y de contar historias,Carmen. Lo de las ánimas es el adorno, lo importante es la reunión de amigos, y para Elena las castañas. Una amiga nuestra, gallega, que creía en meigas, bruxos y hasta en la Santa Compaña, los organizaba con una puesta en escena casi litúrgica.

Ana dijo...

en Andalucía no se llaman magostos, pero reuniones al amor de la lumbre para contar sucesos y sucedidos de vivos y muertos las ha habido siempre. De ahí debe venir la facilidad que tiene mi abuela, la que vive, y tenía, la que murió, para la narración. Siempre me ha encantado escucharlas contar esas historias, algunas oídas por ellas ya en su infancia. Me parece que estamos perdiendo esa capacidad de reunirnos, cualquiera que sea la excusa, para transmitir viejas o nuevas historias y construir a través de ellas la historia común de todos. No esas modas comerciales que nos imponen otros.

Elena dijo...

Que razón tienes, Ana! Siempre le cuento a mi hijo la suerte que tuve con mi abuelo, el único que conocí. Me lo pasaba con él tan bien que perdonaba los mejores planes para estar con él y gracias a Dios lo disfruté mucho porque murió cuando yo tenía 25 años. Estar con él era como estar con una biblioteca andante porque sabía de todo y era de lo más ameno contando cosas, ahora ya no escuchamos a nadie y los chicos de la edad de mi hijo solo se comunican con el ordenador.
Que tal el largo puente que habéis tenido en Madrid?

Ana dijo...

Teniendo en cuenta que T y yo nos lo cogimos largo a cuenta de los moscosos, le aseguro que ha sido largo, largo, largo. Nos ha cundido muchísimo.

Hemos estado en Baeza y Úbeda que T no los conocía y tenía ganas de saber de dónde venía su bien ganada fama. El tiempo precioso, el hotel una preciosidad muy recomendable y las dos poblaciones verdaderas joyas arquitectónicas T seguro les va a hacer un resumen ;-). Disfrutamos muchísimo y aún ayer nos dio para estar tiradas haciendo el perro en casa.

¡Ahhhh y yo le di una paliza al Scrabble a Teresa! (tengo la sospecha que porque le dolía la cabeza y estaba baja de forma, todo hay que decirlo je, je, je).

T dijo...

Tu abuelo era un todo personaje, Elena, yo me acuerdo mucho de él y de lo bien que nos trataba siempre.

Pues sí, nos perdimos por los cerros de úbeda, literalmente, y disfrutamos muchísimo. A ver si tengo un rato y lo cuento.

Elena dijo...

Estuve allí con mi marido hace un buen puñado de años, fuimos a la Sierra de Cazorla y de regreso aprovechamos el viaje y entramos en úbeda y en Baeza, que nos encantaron.
Tu amiga la veterinaria estuvo hace poco con su propio en Cazorla y ni se le ocurrió, ya ves que todo se pega menos la hermosura.

(A ver si le chiva alguien que la hemos vuelto a mencionar y termina aficionándose al blog)

Lourdes dijo...

No creo que se aficione al blog porque para ella Internet es una herramienta superflua, no lo entiendo, pero es así. Llevo casi una semana esperando que me conteste un correo electrónico y no me explico como consigue trabajar sin abrir su buzón al menos una vez al día. Sostiene que ella suele estar en sitios sin cobertura y no lo pongo en duda, pero también estoy segura de que tampoco lo abre cuando está en la facultad.