viernes, 23 de julio de 2010
Viajar
Estos días, el ir y venir de españoles y foráneos es un frenesí, con miles de personas desplazándose de un sitio a otro, por tierra, mar y aire. Es tiempo de vacaciones que desde hace ya muchos años es sinónimo de viajar. Sin embargo, a esta afición a salir corriendo a donde sea, no le faltan ilustres detractores que han pensado que lo de viajar es una actividad sobrevalorada. Por ejemplo, Ralph Waldo Emerson, el 'padre' del pensamiento americano, deja estas 'perlas' en 'Confía en ti mismo', uno de sus más conocidos Ensayos:
'El alma no es viajera: el hombre sagaz permanece en casa, y cuando, de tanto en tanto, sus necesidades o sus obligaciones lo sacan de ella o le llevan a tierras extranjeras, sigue estando en casa y no deambulando por ahí sin ton ni son...
... No tengo ninguna objeción grosera que oponer a circunnavegar el globo terráqueo con fines artísticos, exploratorios o por mera benevolencia, siempre que antes no hayamos sido domesticados ni viajemos con la esperanza de encontrar algo de mayor calado que lo que ya sabemos...
... El viaje es el paraíso del necio. Nuestras primeras travesías nos descubren la indiferencia de los lugares. En casa sueño que en Nápoles o Roma puedo embriagarme de belleza y desprenderme de mi tristeza. Hago mi baúl, abrazo a mis amigos, me embarco y, por fin, despierto en Nápoles. Y ante mis ojos surge el mismo triste e implacable yo del que quise huir, inexorable, idéntico.'
Así que ya lo saben, antes de hacer las maletas y alejarse de la rutina, piensen que es lo que en realidad buscan.
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15 comentarios:
A mí me gusta viajar, lo hago todo lo que puedo y me parece muy bien lo que diga Mr. Emerson pero voy a seguir rodando por el mundo. No creo que me digas que estás de acuerdo con él ¿Verdad?
Pues en algunas cosas si tiene razón, Elena. A mí también me encanta viajar y también pienso seguir conociendo mundo todo lo que pueda. No voy a convertirme ahora al 'club de los boinas' que es como llama Ana a los que piensan que no hay ninguna necesidad de cruzar los Pirineos ni de salir de tu pueblo. Éso te lo aseguro. Pero creo que las reflexiones de R.W. Emerson van más allá de hacer 'el boina' y tienen más que ver con la verdad incontestable de que si no te encuentras bien contigo misma, te da igual a donde 'huyas'. Y también que no por mucho viajar se convierte uno en más culto. No sé si me he explicado bien.
Pla tenía unas reflexiones muy parecidas a las de Emerson que voy a buscar estas vacaciones y se las regalaré T para que las acompañe a las de Emerson.
Yo creo que hay que huir de los que se vanaglorian de no haber salido jamás de su terruño, como mi abuela, y de los que te cuentan como loritos de repetición a cuántos sitios han ido (y curiosamente, constatan, en ninguno dan tortilla de patata)y a los que piensan ir para que se vea lo viajados que están.
Me da la sensación que Emerson viajó más con la mente que físicamente y hay viajes mentales muy placenteros.Se descubren lugares insospechados, el otro día T me recordaba un libro que yo creo que habla de esos viajes interiores "las ciudades invisibles" de Italo Calvino. Kublai Khan termina dando detalles a Marco Polo y éste debe adivinar de qué ciudades le habla, sin viajar, sólo con la mente y los recuerdos. Yo creo que lo que dice Emerson va más por ahí.
¡Jesús! menudo rollo me acabo de marcar.
No puedo estar más de acuerdo con Emerson y con Ana, también con T, de quien estoy segura que ha puesto las citas del norteamericano para que las leyésemos entre líneas. Comparto con Ana su admiración por Las Ciudades Invisibles de Ítalo Calvino, un libro de los que considero de cabecera, que suelo abrir al azar y que sigo paladeando con gusto.
Yo también me voy de viaje, nos vamos toda la familia, en realidad. Tristan regresa de Alemania el viernes y el sábado volamos a New Haven para pasar tres semanas con el objetivo de descansar, aunque ya habréis adivinado que Sven tiene sus propios planes en Yale.
Pasadlo bien y que disfrutéis también de los alrededores, no sólo de Yale, o tus hijos van a decidir que no vuelven a a viajar con vosotros.
Otro libro que me apunto porque no he leído las Ciudades Invisibles.
Ya véis que yo me quedé en la corteza y vosotras le habéis sacado mucha miga.
Pues te gustará mucho. Está editado en Siruela, incluso en bolsillo, pero ando a la caza de una edición preciosa que ví el otro día. Lo malo es que su dueño se ha ido de vacaciones y no me quedé con la referencia.
Desde que leí este post, creo que así se llaman, me rondaba por la cabeza un texto de San Agustín que se suma a la idea plasmada por Emerson,pero no quería citar sólo lo que recordaba para no caer en la imprecision y me he atareado en localizarlo, lo que por fin conseguí anoche, después de revisar casi una docena de cuadernos de notas. Y menos mal que sí recordaba la época en que lo había leído, porque tengo casi una centena de ellos.
Está en el Libro X, capítulo VIII, número 15 de "Las Confesiones": "Mucha admiración me causa esto y me llena de estupor. Viajan los hombres por admirar las alturas de los montes, y las ingentes olas del mar, y las anchurosas corrientes de los ríos, y la inmensidad del océano, y el giro de los astros, y se olvidan de sí mismos, ni se admiran de que todas estas cosas, que al nombrarlas no las veo con los ojos, no podría nombrarlas si interiormente no viese en mi memoria los montes, y las olas, y los ríos, y los astros, percibidos ocularmente, y el océano, sólo creído; con dimensiones tan grandes como si las viese fuera. Y, sin embargo, no es que haya absorbido tales cosas al verlas con los ojos del cuerpo, ni que ellas se hallen dentro de mí, sino sus imágenes."
Me deja usted admirada Lourdes, ¡se acuerda de la época y del acuaderno en qué apuntó el comentario!. Yo, entre los cuadernos que he destruido, los que he perdido en todas mis mudanzas y el desorden que me caracteriza cada vez que he de buscar algo me vuelvo loca.
Le agradezco la cita que cuando llegue a casa apuntaré en algún cuaderno que terminará perdiéndose, seguro, pero eso es algo que no me preocupa en exceso, el poso es lo importante.
Creo.
Estoy de acuerdo en que lo importante es el poso, de otra manera no hubiese recordado que San Agustín había dejado ese texto. Es verdad que tengo una memoria excelente, para lo bueno y lo malo, y también soy ordenada hasta lo patológico; todo eso junto hizo más fácil la labor de localizar el cuaderno en el que hice las anotaciones de "Las Confesiones". También recuerdo que las leí recién instalada en Estocolmo, porlo que me centré en los cuadernos de ese año.
Perder cuadernos de notas debe ser una desgracia, para mí al menos lo sería, pero estoy convencida de que tiene usted muchísimos posos almacenados.
¡Chapeau, Lour! Lo de san Agustín es de 'cum laude. Me has dejado impresionada.
Ana, el orden y método de Lourdes te sacaría de quicio porque me saca a mí.
Lo que a mí me saca de quicio es el desorden y mi hija que no sé a quien ha salido, es muy desordenada y "pasa" de mí, y de mis broncas, con un descaro que todavía me saca más de mis casillas.
¡olé por su hija!
Ya sé que me va a decir que lo bueno es ser ordenado pero los extremos no son buenos y un poco de desorden tampoco es malo, ya tendrá tiempo, su niña, de ordenar sus cosas. Dele un respiro que todo milimétricamente colocado no tiene gracia.
Antes perder cuadernos y apuntes de cosas me apuraba ahora pienso que me da ocasión para releer cosas que en su día me marcaron.
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