martes, 2 de febrero de 2010

En los confines de la tierra


La Isla de los Estados, en la Patagonia, la Terra Australis Incognita, fue descubierta en 1616 por los navegantes holandeses Jacobo Le Maire y Cornelio Schouten y es el escenario de la novela de Julio Verne, 'El Faro del Fin del Mundo'. Ese faro no era otro que el de San Juan de Salvamento, una construcción octogonal, dos de cuyos lados,  frente al mar, estaban cubiertos de gruesos cristales, tras de los cuales se colocaban 7 lámparas de petróleo. Realizado en madera de lenga blanca, con el techo de zinc, no parecía un faro pero desde 1884 hasta 1902, cuando dejó de funcionar, guió a los intrépidos navegantes que se aventuraban por las temibles aguas del Paso de Drake, en la Tierra de Fuego.

 Ciento doce años después de su instalación, el 'Faro del Fin del Mundo' que también fue una prisión y del que sólo quedaban ruinas,  fue reconstruido con el apoyo económico de la ciudad  francesa de Nantes,  la cuna de Julio Verne.

PS/ En Ushuaia hay una réplica exacta del faro que es un museo pero no deja de ser un decorado.

14 comentarios:

Lourdes dijo...

También hay que tener en cuenta que lo normal es que la gente corriente "sólo" llegue a Ushuaia y me parece bien que hayan hecho allí una réplica.
No sabía de tu afición por los faros.

T dijo...

A mí no me parece mal, de hecho yo sólo he visto el de Ushuaia porque todavía no me ha dado por ser capitana intrépida y cruzar el Cabo de Hornos (a vela, naturalmente). Lo he aclarado porque una cosa son los decorados y otra la realidad.

Me gustan muchísimo, Lourdes, y estos Reyes me han regalado un libro de faros con unas fotos espectaculares.

Elena dijo...

Se nota que has viajado poco con ella porque para verlos te hace meter por unos caminos de cabras que no los aguanta cualquier coche.
Yo no he visto ni el original ni la réplica porque lo más lejos que he llegado fue a Buenos Aires y ya me pareció el fin del mundo. Con gente tan viajada no hay manera !

Ana dijo...

De los caminos intransitables para llegar a ellos doy fe. También la doy de que si debe recorrerlos a pie, los recorre sin una queja y su sonrisa cuando llega hasta ellos después lo dice todo.

T dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
T dijo...

Ya no puedo trepar ni la mitad de lo que trepaba pero es verdad que lo sigo intentando y que me encanta. La última 'cacería' de faros fue en Menorca y el pobre cochecito de alquiler que llevábamos Ana y yo no sé como salió indemne de aquello.

Por cierto, Elena, si no te hubieses empeñado en ir a Buenos Aires en pleno julio, con un frío que hacía de mil demonios, a lo mejor hubieses llegado más abajo.

Elena dijo...

Fuí cuando pude! A tí como casi te mudaste a vivir allí te dió tiempo a conocer todo el mapa, pero no caigamos en el snobismo, chicas, que a Ushuaia llega muy poca gente porque yo no soy de las que no he salido de mi casa.

T dijo...

Eso ya lo sé pero te diré que al lado de Ana, nosotras somos unas aficionadas: ella ha estado en Nueva Zelanda, en las mismísimas antípodas, para mi grandísima envidia.

Elena dijo...

A mí también me da mucha envidia porque Nueva Zelanda tiene que ser un sitio para perderse.
Has terminado con mis ínfulas cosmopolitas en un minuto, T.

Ana dijo...

¡Exageradas! No le haga caso Elena que lo de Nueva Zelanda lo lleva clavadito en el corazón, ja, ja, ja... no creo que ninguna pueda decir que se ha quedado encerradita en su casa viendo el mundo a través de documentales.

Y sí, si se quiere perder usted hágalo en Nueva Zelanda, es un sitio estupendo para ello.

Paz dijo...

¡Vaya, vaya, vaya! Se ve que lo pasáis de miedo de tertulia, mientras yo trisco por los montes contando ovejas y llego agotada a la hora del baño de los pequeñajos. Os tengo controladas, así que mucho cuidadín con lo que contáis.

T dijo...

Ten cuidado con los lobos, Paz. Ya veo que te ha picado la curiosidad y ya sabes que serás muy bien recibida siempre.

;-)

Elena dijo...

Estamos entre comadres, T pero aquí las que tenemos antigüedad somos Ana y yo, eh?

T dijo...

De eso no tengo ninguna duda, Elena.