jueves, 19 de febrero de 2009

Vivir y morir

Estos días estoy disfrutando mucho con un libro sobre el negocio funerario en los Estados Unidos, una ácida, brillante y divertidísima crónica que Jessica Mitford publicó en 1963 y que revisó pocos años antes de su muerte, en 1996. El título original es 'The american way of death', fue un éxito editorial cuando se publicó por primera vez y lo recomiendo a todos aquellos que como es mi caso, disfruten con el humor negro.

Su autora es una de las seis hermanas Mitford, a quienes también profeso gran devoción y de las que leo no sólo lo que algunas de ellas han escrito, incluída la correspondencia entre ellas, una impagable joya del género epistolar, sino también todo lo que se ha publicado sobre la fantástica prole del Barón de Redesdale.

Las Mitford son unos fascinantes personajes: Nancy, autora de novelas divertidísimas que también recomiendo, tuvo una larga relación con el político y militar francés Gaston Palewski, jefe del gabinete del General De Gaulle. Su círculo de amistades, entre los que se contaba Evelyn Waugh, todavía produce envidia.

Diana, primero se casó con el millonario Bryan Guinness pero conoció a Oswald Mosley, el fundador de la British Union of Fascists, y no sólo lo acompañó en sus aventuras fascistas sino que terminó casándose con él en casa de Goebbels y con Hitler como testigo. Estuvo presa por sus ideas fascistas en la cárcel de Holloway y su hermana Nancy no tuvo reparos en comunicar al Foreing Office que era una persona extremadamente peligrosa, algo de lo que más tarde se arrepintió. Su hijo, Max Mosley, es uno de los 'capos' del negocio de la Fórmula 1.

La otra fascista de la familia fue Unity y aunque no tenía ni la mitad de la belleza y el estilo de su hermana, fue íntima de Hitler e incluso hay quien sostiene que tuvo un hijo suyo. Intentó suicidarse, sin éxito, con una pistola que le había regalado el propio Hitler y que dejó dañado su cerebro para siempre. Pasó el resto de su vida recluída por su familia en la isla escocesa de Inch Kenneth y murió a los 34 años.

Pamela, la más discreta de todas, se casó con el multimillonario Derek Jackson, vivió dedicada a los caballos, su gran afición, y por todo exotismo introdujo en Inglaterra una especie de gallinas suizas.

Deborah, la más pequeña, y la única superviviente a día de hoy, es la actual Duquesa de Devonshire, emparentó con los Kennedy y es la abuela de la modelo Stella Tennant.

Jessica, la autora del libro que ha provocado este comentario, fue la comunista de la familia. Estuvo ahorrando desde su más tierna infancia para poder escaparse de casa, y lo hizo a lo grande, con su primo Esmond Romilly, sobrino también de Winston Churchill, para viajar a España, durante la Guerra Civil a apoyar a los republicanos. A la muerte de Esmond, en la II Guerra Mundial, se instaló en California, se casó con el abogado, comunista y judío, Robert Treuhaft y nunca dejó de ser una convencida activista.

Entre las seis hermanas, escribieron una buena parte de la historia de la Inglaterra de entreguerras. ¿Quién da más?

3 comentarios:

T dijo...

Me pregunta una amiga, que lee este blog pero no le gusta dejar comentarios, cual es el parentesco de la pequeña de las Mitford con los Kennedy. Era cuñada de Kathleen Kennedy, hermana del Presidente, ya que ésta se casó con el Marques de Hartington, hermano de su marido. El Marqués murió en combate en la II Guerra Mundial.

De nada, Paz.

Anónimo dijo...

¿Qué ha hecho usted con la gallina?

T dijo...

No sea impaciente. La gallina tiene su sitio pero no es éste. Ya la verá.