Por razones de edad, no la vi cuando se estrenó, en 1968, sino varios años más tarde en un cine de sesión doble y reestreno. Fui con un amigo al que se la habían recomendado y que ya entonces devoraba películas. La historia de los monos tenía su gracia pero a mí no me interesaba demasiado. Ni siquiera el hercúleo, y admirado por muchas amigas mías, Charlton Heston llamaba mi atención así que dejé pasar la peli sin mayor entusiasmo hasta que llegó el final. Entonces, reconozco que me quedé pegada a la butaca impactada por la fuerza de una imagen que ya es historia del cine.
miércoles, 12 de noviembre de 2008
Impactar
Por razones de edad, no la vi cuando se estrenó, en 1968, sino varios años más tarde en un cine de sesión doble y reestreno. Fui con un amigo al que se la habían recomendado y que ya entonces devoraba películas. La historia de los monos tenía su gracia pero a mí no me interesaba demasiado. Ni siquiera el hercúleo, y admirado por muchas amigas mías, Charlton Heston llamaba mi atención así que dejé pasar la peli sin mayor entusiasmo hasta que llegó el final. Entonces, reconozco que me quedé pegada a la butaca impactada por la fuerza de una imagen que ya es historia del cine.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

1 comentario:
"¡Yo os maldigo!" Es curioso, también la tengo como una de las imágenes más perturbadoras de la infancia, y tampoco me interesaban los monos (ni el violento Charlton Heston). Pero es verdad, y me volví a acordar de ella leyendo 'La carretera', que me impactó bastante menos. Será la edad.
Publicar un comentario