jueves, 12 de junio de 2008

La Flauta Mágica o nada es lo que parece

La Flauta Mágica es una ópera que participa de diferentes 'estilos musicales'. Aunque convencionalmente es un singspiel en dos actos, lo cierto es que es mucho más que una ópera cómica popular. Además de la prodigiosa obertura con la que se inicia, encontramos pasajes de indudable lirismo, a cargo de Tamino y Pamina, virtuosísimas escenas de 'canto fiorito' barroco así como coloraturas espectaculares, en la voz de la Reina de la Noche, y música casi religiosa en todas aquellas escenas que tienen a Sarastro y al Templo como protagonistas. Y también escenas propias del singspiel, por supuesto, a cargo de Papageno, Papagena y las Tres Damas.

Se estrenó el 30 de septiembre de 1791, dos meses y cuatro días antes de la muerte del compositor, en el Theater auf der Wieden de Viena con tal éxito que alcanzó las 200 representaciones, hecho bastante insólito en la Viena de la época y absolutamente imposible en la actualidad, para decirlo todo.

El libro lo realizó Emanuel Schikaneder, quien acudió a diversas fuentes, entre ellas el poema de Christoph Wieland, Oberon, y también Jethos, una novela de Jean Terrasson. Tanto el compositor como el libretista eran masones y en esta ópera, los musicólogos y estudiosos de toda índole, han visto una marcada influencia de las ideas de la masonería, sobre todo por la importancia que tienen los números tres y siete en la misma: 7 son los personajes principales de la misma y si excluimos la obertura, los números musicales son 21 (7x 3). 3 son las puertas del templo, 3 los sacerdotes que lo custodian, 3 las pruebas a las que se somete Tamino, 3 las Damas de la Reina de la Noche y 3 los niños guías. Finalmente, la ópera tiene 30 escenas (3x 10), cifra que representa la plenitud. Sobre la simbología masónica de esta ópera se han escrito verdaderos tratados pero no voy a extenderme más sobre tan interesante tema.

En La Flauta Mágica nada es lo que parece y los personajes principales están dibujados con una deliberada ambivalencia que Mozart plasmó magistralmente en la partitura. En principio, podríamos decir que se enfrentan dos fuerzas, la del Bien, representada por Sarastro y los sacerdotes del Templo, y la del Mal, encarnada en la Reina de la Noche. Algunos analistas han querido ver en esta contraposición primera, el antagonismo entre la Ilustración (Sarastro) y el oscurantismo de la religión católica (La Reina de la Noche). Sin embargo, el iluminado Sarastro es presentado como un líder espiritual rígido y ortodoxo, cantando en un espléndido y serísimo registro de bajo y acompañado de algún que otro personaje siniestro (Monostatos); mientras que la Reina de la Noche, que teoricamente tiene su reino en la oscuridad, se mueve en unas tesituras ciertamente alegres y se rodea de los personajes más divertidos de la ópera. (Papageno y las tres Damas).

Otra contraposición es la que enfrenta a Papageno y los inquilinos del Templo, la diversión y el sentido lúdico de la vida frente a la solemnidad y la actitud vital transcendente y, finalmente, la oposición entre Tamino, un personaje elevado, idealista y noble, y otra vez Papageno, representando al común de los mortales, un tipo preocupado por su bienestar terrenal y muy alejado de toda mística y espiritualidad. Así que ni tan sencilla, ni tan sólo singspiel. No por casualidad, Beethoven y Wagner la consideraron una obra maestra y Goethe o Hesse fueron grandes admiradores de la misma.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hace un par de semanas he disfrutado de lo lindo con una representación de la Flauta Mágica desde la Opernhause Zürich. Me han llamado especialmente la atención Sarastro encarnado por Matti Salminen con una voz de bajo de "ultratumba" y Un ángel, Malin Hartelius, que pone la carne de gallina. Sin embargo, tuve la sensación de que a Elena Mosuc le costaba llegar a esas altísimas notas de su intervenciones. El escenario es mágnifico y con apenas unos movimientos cambian el lugar. En fin una ópera para disfrutar.

T dijo...

No he escuchado nunca a la soprano rumana cantando la Reina de la Noche, pero si tuvo dificultades tampoco me extraña porque muy pocas no las han tenido en esa parte.

¿Quién era el director?

Anónimo dijo...

El director es Franz Welser Möst.
Se puede ver el video de Elena Mosuc en: http://www.youtube.com/watch?v=bofe64-dG0Ar.
A ver que le parece. En realidad yo sólo soy un aficionado sin conocimientos musicales, pero comparando con otras sopranos he detectado algo extraño, como un pequeño silencio al comenzar las notas altas. Un cordial saludo.

T dijo...

No he podido ver su enlace, pero sí este otro: http://www.youtube.com/watch?v=E2qtTgoajoU

No me gusta, y no sólo porque el micrófono ya le resta toda credibilidad sino por su forma de cantarla y por el color de su voz. Esto es muy personal, ya sabe, pero me sigo quedando Lucia Pop.

Anónimo dijo...

Buenas noches T. ¿Que le parece Diana Damrau en el papel de Reina de la Noche? Lo que me gusta es como se mueve he interpreta el papel de madre dolida. Me parece todo un espectáculo. Tengo la sensación que otras reinas son más inmóviles. Si tiene seis minutillos y unas gafas de sol, por el colorcito de vestuario, no se lo pierda. Un saludo.
http://www.youtube.com/watch?v=ysCvFTE9O8Y&feature=related

T dijo...

La Damrau interpeta muy bien a la Reina de la Noche, se mete mucho en el papel. A mí, su voz no me apasiona pero reconozco que el papel lo borda.
No recuerdo ahora quien fue el regista de esa producción del Festival de Salzburgo pero es un poco ácida, si.