viernes, 21 de marzo de 2008

Todo está consumado


'Era ya cerca de la hora sexta cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona. El velo del Templo se rasgó de parte a parte y Jesús, dando un fuerte grito, dijo: Padre, en tus manos entrego mi espíritu.'

Del Evangelio de San Lucas (23, 46)

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